El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) destinará 18 millones de euros a la construcción del Centro de Investigación en Tecnología para las Ciencias del Mar (TECMAR) en Gandía. Este centro, que ocupará más de 5.500 metros cuadrados, se enfocará en la sostenibilidad energética y contará con tecnología avanzada para abordar el cambio climático y proteger el mar Mediterráneo. La ministra de Ciencia, Diana Morant, destacó su importancia para anticipar los efectos de la emergencia climática en los océanos. El edificio incluirá laboratorios de robótica marina e inteligencia artificial, así como espacios para vehículos submarinos. Las obras, que comenzarán pronto tras la concesión de la licencia por el Ayuntamiento, tendrán una duración estimada de 18 meses.
El cambio climático representa una amenaza significativa para la seguridad alimentaria global, con proyecciones que indican que más del 90% de los países evaluados sufrirán disminuciones en el rendimiento de cultivos básicos para finales de siglo. Las regiones más vulnerables, como el África subsahariana y partes de Asia, enfrentan caídas de hasta el 30% en la producción agrícola debido a su dependencia de la lluvia y su limitada capacidad de adaptación. Incluso las principales potencias agrícolas no están exentas, con pérdidas que podrían alcanzar el 40%. La investigación destaca la importancia de reducir las emisiones para mitigar estas pérdidas y resalta que garantizar el acceso a alimentos nutritivos es fundamental para el desarrollo humano y la dignidad.
La 30ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) se llevará a cabo del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Belém, Brasil, un evento crucial para la acción climática global. Greenpeace destaca que esta COP representa una oportunidad única para abordar la deforestación y exigir justicia climática en un momento crítico, a solo diez años del Acuerdo de París. La conferencia se celebra en la Amazonía, un ecosistema vital amenazado por la crisis climática. Activistas y líderes mundiales se reunirán para demandar un acuerdo contundente que frene la deforestación y promueva una transición justa hacia energías sostenibles. Greenpeace enfatiza la necesidad de aumentar la financiación internacional para el clima y propone un plan global para cerrar la brecha entre los compromisos actuales y lo que es necesario para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
El responsable de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, ha instado a los inversores a actuar con urgencia para financiar la adaptación al cambio climático, especialmente en países en desarrollo que enfrentan escasez de recursos. En un contexto donde fenómenos meteorológicos extremos están afectando gravemente a diversas regiones, Stiell destacó que la adaptación es esencial no solo para proteger vidas, sino también para asegurar economías y cadenas de suministro globales. A pesar de los avances en planes de adaptación presentados por 67 países en desarrollo, la falta de financiación sigue siendo un obstáculo crítico. La próxima COP30 en Belén se centrará en movilizar 1,3 billones de dólares para abordar estas necesidades urgentes.
El informe "Asando el planeta", elaborado por Amigas de la Tierra, Foodrise, Greenpeace y el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), destaca a las empresas españolas Grupo Vall Companys y Grupo Jorge entre las 45 más contaminantes del mundo en el sector cárnico y lácteo. Estas compañías son responsables de emisiones significativas de gases de efecto invernadero, superando incluso las cifras de algunos grandes productores de combustibles fósiles. JBS, un gigante brasileño, lidera la lista con un 24% de las emisiones totales. El informe subraya la necesidad urgente de que los gobiernos establezcan compromisos para reducir estas emisiones, especialmente en el contexto de la próxima COP30. La actividad industrial de estas empresas no solo contribuye al cambio climático, sino que también provoca graves problemas ambientales, como la contaminación del agua.
La ONU ha instado a triplicar los fondos destinados a la protección de los bosques tropicales, que son esenciales para la regulación del agua, la seguridad alimentaria y la economía global. La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, destacó que las inversiones actuales son insuficientes y mal dirigidas, lo que pone en riesgo estos ecosistemas vitales. Se estima que se necesita aumentar el gasto anual de 84.000 millones de dólares en 2023 a 300.000 millones para 2030. Los informes revelan que la conservación de 391 millones de hectáreas de bosques podría evitar pérdidas económicas significativas y mejorar la resiliencia ante desastres. Además, es crucial redirigir los flujos financieros hacia prácticas sostenibles y evitar subvenciones perjudiciales para el medio ambiente.
Según una encuesta de Greenpeace, el 87 % de la población española considera esencial proteger los bosques para combatir el cambio climático. Este dato se revela a un mes de la Cumbre del Clima (COP30) y destaca que el 85 % de los españoles cree que el Gobierno debería intensificar sus esfuerzos contra la deforestación. A nivel global, el 86 % de los encuestados comparte esta opinión. La encuesta, realizada en septiembre de 2025 en 17 países, también muestra un amplio consenso sobre la necesidad de cooperación internacional para abordar la crisis forestal y la importancia de financiar directamente a comunidades indígenas para la protección de los bosques.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera un contrato europeo de 2,6 millones de euros para aplicar inteligencia artificial en la generación de proyecciones regionales del cambio climático. Esta iniciativa, adjudicada al Instituto de Física de Cantabria (IFCA), busca desarrollar emuladores basados en aprendizaje profundo que reproduzcan el comportamiento de modelos climáticos regionales. El proyecto tiene como objetivo mejorar las proyecciones climáticas a escala regional y facilitar el acceso a datos más detallados para científicos y responsables políticos. Además, se establecerán nuevos estándares de calidad y metadatos, garantizando que los datos generados sean accesibles y reutilizables. La colaboración incluye ocho instituciones europeas destacadas, consolidando así el papel del CSIC en la investigación sobre cambio climático e inteligencia artificial.
El calentamiento global, los incendios forestales y las plagas están amenazando gravemente los bosques del planeta, según expertos de la ONU. En 2021, se quemaron 12,6 millones de hectáreas de bosque y 73 millones fueron afectadas por insectos y enfermedades. A pesar de un aumento del 11% en el almacenamiento de carbono desde 1990, la crisis climática pone en riesgo estos logros. La Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa advierte que si estas tendencias continúan, los bosques podrían convertirse en fuentes de emisiones de carbono, socavando los objetivos climáticos globales. Se hace un llamado urgente a los líderes mundiales para fortalecer la protección forestal antes de la cumbre COP30 en Brasil.
Un estudio del CSIC ha creado el primer inventario mundial del carbono almacenado por las praderas submarinas, también conocidas como bosques azules. Estos ecosistemas, que representan menos del 0,2% del océano, son capaces de absorber más del 10% del dióxido de carbono que los océanos capturan anualmente. El inventario proporciona datos regionales y globales sobre la capacidad de estas praderas para actuar como sumideros de carbono, revelando que pueden almacenar hasta siete toneladas de CO₂ por hectárea al año. La investigación destaca la importancia de conservar estos ecosistemas para mitigar el cambio climático y sugiere incluirlos en mercados de créditos de carbono para fomentar su protección y restauración.
Un equipo internacional, liderado por la Universidad de Zurich y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), ha desarrollado una base de datos innovadora que permitirá predecir cómo la biodiversidad responderá al cambio climático. Este estudio global, que analiza 41 especies de plantas y animales, identifica patrones en su supervivencia y reproducción ante factores climáticos. La investigación destaca la complejidad de las interacciones biológicas y climáticas, sugiriendo que los impactos del cambio climático pueden ser más moderados o intensificados dependiendo de las condiciones específicas. Además, se ha creado una base de datos abierta para facilitar el acceso a información crucial para la conservación y gestión de ecosistemas, ayudando a dirigir recursos hacia especies vulnerables. Esta iniciativa es fundamental para diseñar estrategias efectivas frente a los desafíos del cambio climático en la biodiversidad global.
Un estudio reciente publicado en Science advierte que las sequías prolongadas y extremas amenazan la capacidad de los pastizales y matorrales para almacenar carbono, ecosistemas que cubren casi la mitad del planeta y acumulan más del 30% de las reservas globales de este elemento. La investigación, liderada por científicos de la Universidad Estatal de Colorado, revela que tras cuatro años de sequía extrema, la pérdida de productividad vegetal se duplica en comparación con sequías moderadas. Las regiones áridas y semiáridas, como el Mediterráneo y el suroeste de Estados Unidos, son las más vulnerables a estos fenómenos climáticos. El estudio destaca la importancia de mantener investigaciones a largo plazo para comprender mejor los impactos de la sequía en diferentes ecosistemas.
España enfrenta 141 riesgos climáticos que impactan la salud, la economía y la biodiversidad, según la Evaluación de Riesgos e Impactos del Cambio Climático (ERICC-2025) presentada por el Ministerio para la Transición Ecológica. De estos riesgos, 51 son considerados clave por su severidad y 17 presentan baja reversibilidad, lo que podría generar pérdidas permanentes si no se actúa con rapidez. El informe destaca la materialización de escenarios climáticos extremos, como olas de calor intensas y sequías severas, afectando especialmente a comunidades vulnerables. Se advierte sobre la pérdida de biodiversidad y la degradación de ecosistemas, así como un posible aumento de temperaturas de hasta 6 ºC para finales de siglo. Este documento servirá como base técnica para el segundo Programa de Trabajo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2026-2030.
El cambio climático está provocando que el verano en España se alargue hasta 20 días, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este año, las temperaturas han alcanzado niveles récord, convirtiéndose en el más cálido desde que se tienen registros. Un análisis de datos climatológicos revela que la duración del verano ha aumentado significativamente en las últimas décadas, especialmente en el noreste y la zona pirenaica. En 2025, se registraron un promedio de 83 días de calor estival, con un inicio anticipado de la temporada veraniega. Las desviaciones de temperatura también han ido en aumento, alcanzando los 2,18 °C en los últimos cinco años. Estos cambios climáticos afectan a diversas regiones del país, aunque algunas áreas como el sur y la cornisa cantábrica mantienen cifras estables.
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