07/11/2025@14:47:28
Brasil ha lanzado un nuevo fondo, denominado Fondo de los Bosques Tropicales para Siempre, durante la cumbre climática de la ONU en Belém, con el objetivo de priorizar la protección de los bosques y detener la deforestación. Este fondo recompensará a los países que logren conservar sus bosques, ofreciendo cuatro dólares por hectárea al año, con una inversión inicial de mil millones de dólares del gobierno brasileño. Se espera que movilice hasta 4000 millones de dólares anuales y beneficie a 74 países, incluyendo áreas críticas como la Amazonía y la Cuenca del Congo. La iniciativa busca transformar el financiamiento para abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, asegurando que las comunidades locales, especialmente los pueblos indígenas, reciban apoyo directo por su labor en la conservación.
La 30ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) se llevará a cabo del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Belém, Brasil, un evento crucial para la acción climática global. Greenpeace destaca que esta COP representa una oportunidad única para abordar la deforestación y exigir justicia climática en un momento crítico, a solo diez años del Acuerdo de París. La conferencia se celebra en la Amazonía, un ecosistema vital amenazado por la crisis climática. Activistas y líderes mundiales se reunirán para demandar un acuerdo contundente que frene la deforestación y promueva una transición justa hacia energías sostenibles. Greenpeace enfatiza la necesidad de aumentar la financiación internacional para el clima y propone un plan global para cerrar la brecha entre los compromisos actuales y lo que es necesario para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
La ONU ha instado a triplicar los fondos destinados a la protección de los bosques tropicales, que son esenciales para la regulación del agua, la seguridad alimentaria y la economía global. La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, destacó que las inversiones actuales son insuficientes y mal dirigidas, lo que pone en riesgo estos ecosistemas vitales. Se estima que se necesita aumentar el gasto anual de 84.000 millones de dólares en 2023 a 300.000 millones para 2030. Los informes revelan que la conservación de 391 millones de hectáreas de bosques podría evitar pérdidas económicas significativas y mejorar la resiliencia ante desastres. Además, es crucial redirigir los flujos financieros hacia prácticas sostenibles y evitar subvenciones perjudiciales para el medio ambiente.
Greenpeace ha exigido que el Reglamento de la UE sobre deforestación (EUDR) se implemente en su fecha prevista, el 30 de diciembre de 2025. Esta demanda surge tras la aprobación de una moción por el Parlamento Europeo que busca derogar un reglamento clave para la evaluación comparativa de países, lo que podría retrasar aún más la aplicación del EUDR. Greenpeace advierte que este cambio comprometería la protección de los bosques y permitiría fraudes en la clasificación de productos. La organización insiste en que es crucial mantener criterios objetivos y transparentes en la evaluación para garantizar la efectividad del reglamento y proteger el medio ambiente.
Un nuevo informe de Ecologistas en Acción advierte que el impulso de los biocombustibles, promovido por la Directiva de Energías Renovables (DER III) de la UE, podría agravar la crisis climática y de biodiversidad. La organización sostiene que descarbonizar el transporte con biocombustibles es una falsa solución, ya que estos generan más emisiones y presionan recursos limitados. A pesar de los objetivos de la DER III para reducir las emisiones en el sector del transporte, el crecimiento proyectado en este sector es incompatible con dichos objetivos. Ecologistas en Acción enfatiza la necesidad de reducir la demanda energética del transporte y adoptar políticas más sostenibles, incluyendo la eliminación de biocombustibles derivados de cultivos como palma y soja.
Activistas de Greenpeace han "precintado" simbólicamente cajeros del banco Santander en 17 ciudades de España para denunciar su contribución a la destrucción de la Amazonía. La protesta, que incluye cintas y pegatinas con mensajes como "Santander mata la Amazonía", busca alertar sobre las inversiones del banco en JBS, la mayor empresa cárnica mundial, vinculada a la deforestación. Greenpeace exige que el Santander deje de financiar prácticas que amenazan el ecosistema amazónico y destaca la necesidad urgente de detener la degradación ambiental para combatir el cambio climático.
Los “ríos voladores” que llevan las lluvias amazónicas a otras zonas del continente se están convirtiendo en corrientes de humo, que ya han llegado a 11 estados de Brasil.
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Mighty Earth, SEO/BirdLife y WWF critican las contradicciones del estudio del Gobierno sobre el impacto de la aplicación del Reglamento europeo para luchar contra la deforestación importada.
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La deforestación mundial ha mostrado signos de desaceleración, reduciéndose a 10,9 millones de hectáreas anuales entre 2015 y 2025, en comparación con los 17,6 millones de hectáreas registrados entre 1990 y 2000. Sin embargo, esta tasa sigue siendo considerada alta. Un nuevo informe de la FAO destaca que más de la mitad de los bosques globales están bajo planes de gestión a largo plazo y una quinta parte se encuentra en áreas protegidas legalmente. A pesar de la disminución en la pérdida neta de bosques, los incendios y otros factores siguen afectando gravemente estos ecosistemas vitales para la biodiversidad y el equilibrio ambiental.
Según una encuesta de Greenpeace, el 87 % de la población española considera esencial proteger los bosques para combatir el cambio climático. Este dato se revela a un mes de la Cumbre del Clima (COP30) y destaca que el 85 % de los españoles cree que el Gobierno debería intensificar sus esfuerzos contra la deforestación. A nivel global, el 86 % de los encuestados comparte esta opinión. La encuesta, realizada en septiembre de 2025 en 17 países, también muestra un amplio consenso sobre la necesidad de cooperación internacional para abordar la crisis forestal y la importancia de financiar directamente a comunidades indígenas para la protección de los bosques.
37 organizaciones han enviado una carta al presidente Pedro Sánchez y a varios organismos del Gobierno de España, exigiendo el cese de la financiación pública a combustibles fósiles, la deforestación y el militarismo. En el contexto de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Financiación Internacional para el Desarrollo, piden que bancos como Banco Santander, BBVA y CaixaBank retiren sus inversiones en sectores que agravan la crisis climática. Las organizaciones solicitan también un aumento en la regulación de las actividades bancarias para cumplir con los compromisos internacionales relacionados con el cambio climático y los derechos humanos.
Las grandes corporaciones invirtieron 4,6 billones de euros en actividades que destruyen la biodiversidad en 2022, con la banca desempeñando un papel crucial. Un estudio revela que el Banco Santander ha financiado con 1.300 millones de euros proyectos que han llevado a la deforestación de 170.000 hectáreas en Sudamérica. Ecologistas en Acción denuncia esta situación y exige regulaciones más estrictas para frenar las inversiones perjudiciales para el medio ambiente. La organización llama al Gobierno español y a la Comisión Europea a prohibir estas prácticas destructivas y promover una mayor transparencia sobre los impactos de las empresas en la biodiversidad.
En el Día Internacional de los Bosques, Greenpeace destaca la importancia crucial de la Amazonía y señala que 2025 será un año decisivo para su futuro. La próxima COP30 en Brasil es una oportunidad vital para abordar la deforestación y el cambio climático, ya que la Amazonía juega un papel fundamental en la regulación del clima global. Greenpeace advierte sobre la grave pérdida de biodiversidad y superficie forestal en la región, impulsada por actividades agroalimentarias que generan emisiones significativas de gases de efecto invernadero. La organización insta a detener la deforestación y promover prácticas sostenibles para mitigar el calentamiento global y proteger los derechos de los pueblos indígenas.
Tal y como destaca Ecologistas en Acción, la deforestación global es una de las chispas que enciende los incendios durante el verano: destruye los bosques que regulan el clima y contribuye al calentamiento global y al aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales.
La propuesta de Reglamento sobre deforestación, discutida actualmente por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, debe exigir a las empresas que respeten los derechos de las comunidades indígenas y tradicionales sobre sus tierras, territorios y recursos o, de lo contrario, incumplirá sus objetivos. Así se manifiestan 191 organizaciones indígenas, ecologistas y de derechos humanos de 62 países en una carta abierta a las distintas instituciones de la UE.
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