AEMET

13/08/2025@16:43:01

En julio de 2025, la temperatura media en la España peninsular alcanzó los 23,8 °C, superando en 0,7 °C el promedio histórico del periodo 1991-2020. Este mes se destacó como uno de los más cálidos desde que se iniciaron los registros en 1961, ocupando el decimosegundo lugar en la lista de julios más cálidos y el décimo del siglo XXI. A pesar del inicio cálido del mes, las temperaturas disminuyeron hacia finales de julio. Además, las precipitaciones fueron superiores a lo normal, especialmente en el este de la Península, donde se registraron récords diarios y mensuales de lluvia.

La predicción meteorológica para las semanas del 11 al 31 de agosto de 2025 anticipa temperaturas muy altas en gran parte de la Península, continuando una ola de calor iniciada el 3 de agosto. A partir del 14, se espera un ligero descenso térmico, aunque las altas temperaturas persistirán. En Canarias, también se prevén temperaturas superiores a lo normal. Durante la semana del 18 al 24, se espera que las temperaturas sean cálidas en la mayoría de la Península y Baleares, con posibilidad de chubascos en el interior. La última semana del mes podría presentar temperaturas normales en general, aunque algunas áreas del nordeste y Baleares podrían experimentar calor adicional. Las precipitaciones serán escasas, especialmente en el centro y sur del país.

La predicción meteorológica para las semanas del 4 al 24 de agosto de 2025 anticipa una ola de calor significativa en gran parte de la Península, con temperaturas máximas que superarán los 40 °C en el sur de Galicia y zonas centrales. Las mínimas oscilarán entre 23 y 25 °C en áreas del Mediterráneo. Aunque se espera que las altas temperaturas persistan hasta el miércoles, hay incertidumbre sobre su duración. Durante las semanas siguientes, del 11 al 17 y del 18 al 24 de agosto, se prevén condiciones similares: calor por encima de lo normal y escasas precipitaciones, especialmente en el Cantábrico y el sur peninsular.

El informe semanal operativo del 16 al 22 de junio de 2025 destaca la actividad convectiva significativa en varias regiones de España, incluyendo Castilla-La Mancha y Teruel, donde se registraron tormentas con rayos y nubes de gran desarrollo. Durante esta semana, el régimen euroatlántico experimentó variaciones, comenzando con un "bloqueo escandinavo" y alternando entre diferentes patrones sinópticos que afectaron el clima. Las temperaturas máximas en la Península mostraron anomalías positivas, alcanzando incrementos significativos en comparación con la semana anterior. La presencia de calima también fue notable en algunos días. La actividad tormentosa se mantuvo constante a lo largo de la semana, con chubascos intensos en diversas zonas, especialmente durante los primeros días. Este informe proporciona una visión detallada del comportamiento meteorológico y las condiciones climáticas en España durante ese periodo.

La predicción meteorológica para las semanas del 14 de julio al 3 de agosto de 2025 anticipa un aumento significativo de las temperaturas en gran parte de la Península, especialmente durante la semana del 14 al 20 de julio, donde se espera que superen los valores normales, salvo en el tercio occidental. Las Baleares también experimentarán calor por encima de lo habitual, mientras que en Canarias las temperaturas se mantendrán dentro de los rangos estacionales. La probabilidad de lluvias será baja, aunque podrían formarse tormentas en áreas montañosas. Durante la segunda quincena de julio y la primera de agosto, conocida como "canícula", se prevé que continúen las altas temperaturas y escasas precipitaciones, con algunas variaciones en la intensidad del calor en la costa mediterránea y Baleares.

La predicción meteorológica para las semanas del 7 al 27 de julio de 2025 indica un aumento de temperaturas en la Península y Baleares, con condiciones más cálidas de lo habitual. En Canarias, se esperan temperaturas normales para la época. Las precipitaciones serán escasas en la mitad occidental peninsular, aunque podrían ocurrir chubascos en el área mediterránea y algunas zonas de Baleares. Durante las siguientes semanas, se mantendrá el calor intenso y una baja probabilidad de lluvias significativas, principalmente asociadas a tormentas en diversas partes del territorio.

El Observatorio de Vigilancia Atmosférica Global de Izaña (Tenerife) alcanzó 418,7 ppm (partes por millón) de concentración media diaria de dióxido de carbono (CO2) durante el pasado 18 de abril, lo que supone un nuevo récord histórico de la serie y una cifra sin referentes desde hace tres millones de años, cuando el ser humano no habitaba aún la Tierra.

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El Observatorio de Calar Alto, en colaboración con AEMET y universidades de Almería y Warwick, ha implementado una innovadora campaña para medir gases de efecto invernadero utilizando el telescopio CARMENES. Este proyecto busca aprovechar las líneas telúricas en los espectros estelares para estudiar la concentración de dióxido de carbono y metano en la atmósfera. La campaña, realizada del 7 al 16 de julio de 2025, combina observaciones diurnas y nocturnas para mejorar la comprensión del ciclo del carbono y el impacto del cambio climático. Con esta iniciativa, Calar Alto se posiciona como un referente en la vigilancia climática mediante técnicas astronómicas avanzadas.

La predicción meteorológica para las semanas del 28 de julio al 17 de agosto de 2025 indica que la primera semana será más fría de lo habitual en el este de la Península y Baleares, mientras que en el extremo occidental se experimentará un ambiente cálido. Las precipitaciones serán escasas en la mitad sur, pero podrían ser más abundantes en el Cantábrico oriental, litoral mediterráneo, Baleares y Canarias orientales. Para la semana del 4 al 10 de agosto, se prevén temperaturas normales o ligeramente inferiores en el este y posibles lluvias en el oeste y sur. La semana del 11 al 17 de agosto podría ser más cálida en gran parte de la Península, con pocas lluvias esperadas.

Se prevé un notable contraste en las temperaturas de España entre el norte y el sur durante la semana del 21 al 27 de julio de 2025. En el norte, las temperaturas serán inferiores a lo normal, mientras que en el sur, especialmente en Andalucía y Extremadura, se superarán los valores habituales. La semana será mayormente seca con posibilidad de tormentas localmente fuertes en el norte y este. Para la siguiente semana, del 28 de julio al 3 de agosto, se anticipa un aumento generalizado de las temperaturas en el oeste y centro del país, aunque se mantendrá la tendencia seca. La predicción para la semana del 4 al 10 de agosto es más incierta, pero podría haber temperaturas normales o ligeramente superiores y continuarán las condiciones secas con algunas tormentas posibles.

El Mediterráneo ha experimentado un notable aumento de temperatura en los últimos 40 años, con un incremento medio que ha alcanzado hasta cinco grados por encima de lo habitual. Este fenómeno se relaciona directamente con el cambio climático y sus efectos en el ecosistema marino. En particular, las temperaturas del agua han mostrado una tendencia al alza, siendo 2023 y 2024 años récord con anomalías significativas. Las playas más afectadas son las murcianas, especialmente las del Mar Menor, donde la temperatura media ha subido de 24 °C en 1986 a más de 27 °C en 2023. Este calentamiento no solo afecta la vida marina, sino que también puede influir en la formación de tormentas severas debido a la mayor disponibilidad de energía y humedad en la atmósfera. La crisis climática sigue marcando la pauta en el comportamiento del clima mediterráneo, haciendo urgente la atención sobre sus consecuencias.

Un análisis de los datos de AEMET revela que las olas de calor en España han evolucionado significativamente en los últimos 50 años, siendo más tempranas y prolongadas. Se prevé que junio de 2025 sea uno de los meses más cálidos registrados, con episodios extremos que se han vuelto comunes en este periodo. Desde 1975, Cuenca ha liderado el número de olas de calor, mientras que la última década ha visto un aumento notable en su frecuencia. El cambio climático juega un papel crucial en esta tendencia, haciendo que temperaturas extremas sean al menos cinco veces más probables debido a la actividad humana. Este fenómeno no solo afecta a España, sino también a otras regiones de Europa como Francia e Italia.