03/12/2025@20:17:47
Un estudio del Instituto de Neurociencias y la Universidad Miguel Hernández revela que un entorno estimulante durante la infancia activa procesos moleculares que mejoran la memoria y el aprendizaje. Investigadores encontraron que la activación del factor de transcripción AP-1 en ratones expuestos a entornos enriquecidos potencia la plasticidad neuronal, mientras que la falta de estímulos puede deteriorar las capacidades cognitivas. Este hallazgo sugiere que las experiencias tempranas dejan una huella biológica en el cerebro, lo que podría tener implicaciones para el desarrollo de terapias en trastornos del neurodesarrollo y deterioro cognitivo.
