Un innovador proyecto del Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC) se centra en la productividad y sostenibilidad de la agricultura urbana en las azoteas de Madrid, con el objetivo de fomentar la economía circular. Desde hace varios años, el tejado del instituto ha sido transformado en una ‘cubierta verde’, donde se utilizan sustratos elaborados a partir de compost y otros biorresiduos, como subproductos alimentarios y algas, para cultivar hortalizas. Los resultados obtenidos, publicados en la revista Urban Forestry & Urban Greening, indican un notable aumento en la producción de estas hortalizas, así como características nutricionales comparables a las de cultivos tradicionales.
Durante un periodo de tres años, el proyecto MadreenRoof ha llevado a cabo experimentos en el ICA-CSIC, ubicado en la céntrica calle Serrano. El enfoque ha sido evaluar los servicios ecosistémicos que puede ofrecer un ‘techo verde intensivo’, incluyendo la producción de alimentos, el secuestro de carbono y la retención de nutrientes y contaminantes. Para ello, se han utilizado subproductos sometidos a compostaje para crear sustratos que permiten cultivar en espacios urbanos poco aprovechados. “Tras más de cuatro años, tenemos datos suficientes para valorar el potencial agronómico de los cultivos en azoteas”, afirma Marco Panettieri, investigador al frente del estudio.
Desarrollo sostenible a partir de biorresiduos
El avance del proyecto se basa en la creación de sustratos a partir de biorresiduos: algas invasoras del Atlántico y residuos alimentarios como posos y cáscaras de café, mezclados con restos de poda y biochar. “Estos sustratos ofrecen una alternativa ecológica a los tradicionales basados en turba, cuyo uso genera un alto impacto ambiental”, explica Giuseppe Picca, investigador postdoctoral que realizó su tesis doctoral en el ICA-CSIC.
Los sustratos fueron utilizados para cultivar lechugas y acelgas durante el otoño, así como tomates Moruno de Aranjuez en verano, colaborando con el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). Las comparativas entre los cultivos realizados en estos nuevos sustratos y los métodos convencionales mostraron un incremento del 70 % en la producción de tomates cultivados en azoteas respecto a aquellos plantados en campo abierto. “Este aumento significativo varió según las mezclas utilizadas y el año agrícola”, aclaran los investigadores.
Seguridad alimentaria y economía circular
Un estudio adicional, actualmente bajo revisión en la revista Ecotoxicology and Environmental Safety, confirma que las hortalizas producidas son seguras para el consumo humano. Esta investigación es resultado de una colaboración entre varias instituciones académicas que han monitoreado durante tres años los niveles de metales pesados presentes tanto en los sustratos como en las hortalizas cultivadas. Se ha evaluado así el riesgo potencial asociado a estos elementos.
Laura Lozano de Sosa Miralles, investigadora del IRNAS-CSIC que lidera este segundo estudio, destaca que “la incorporación de biochar mejoró significativamente la estructura del sustrato”. Aunque se detectó un ligero aumento por deposición atmosférica, los niveles permanecen muy por debajo de lo permitido legalmente; además, un simple lavado podría reducir aún más estos contenidos.
Aprovechamiento urbano para un futuro sostenible
Estos hallazgos respaldan el uso eficaz de los sustratos desarrollados por el ICA-CSIC como estrategia para optimizar la agricultura urbana. Esto no solo permite utilizar espacios infrautilizados para producir alimentos sostenibles sino que también representa un avance hacia una gestión más eficiente de residuos y promueve una economía circular. Este enfoque ofrece perspectivas alentadoras para integrar tecnologías sostenibles dentro del ámbito agrícola urbano.
En el marco del proyecto MadreenRoof se están explorando otros servicios ecosistémicos relacionados con la biodiversidad urbana y la mitigación del cambio climático a través del aislamiento térmico proporcionado por estas cubiertas verdes. “La capacidad de retención hídrica también juega un papel crucial en la prevención de inundaciones”, concluyen los investigadores.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
70% |
Aumento en la producción de tomates cultivados en azoteas respecto a los plantados en el campo. |
3 años |
Duración del experimento realizado en el ICA-CSIC. |
3 |
Número de investigadores mencionados en la noticia. |
24 de junio de 2025 |
Fecha de publicación de la noticia. |
Preguntas sobre la noticia
¿Qué es el proyecto MadreenRoof del CSIC?
El proyecto MadreenRoof del Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC) se centra en analizar la productividad y sostenibilidad de la agricultura en las azoteas de Madrid, contribuyendo al desarrollo de la economía circular mediante el uso de sustratos a base de biorresiduos.
¿Cuáles son los beneficios de los sustratos desarrollados en este proyecto?
Los sustratos elaborados a partir de biorresiduos, como algas invasoras y residuos alimentarios, ofrecen una alternativa ecológica y sostenible a los sustratos tradicionales basados en turba, con un menor impacto ambiental y una producción similar o superior de hortalizas.
¿Qué resultados se obtuvieron en la producción de hortalizas?
Los resultados mostraron un aumento de hasta un 70% en la producción de tomates cultivados en azoteas respecto a los plantados en el campo, además de que su calidad fue comparable a la de los tomates producidos en condiciones de campo.
¿Son seguras las hortalizas producidas con estos sustratos?
Un estudio adicional indica que las hortalizas producidas son seguras y aptas para el consumo humano, con niveles de metales pesados muy por debajo de los límites legales.
¿Qué otros servicios ecosistémicos se están evaluando en el proyecto?
Además de la producción agrícola, se están evaluando otros servicios ecosistémicos como el impacto sobre la biodiversidad urbana, la capacidad de aislamiento térmico, el secuestro de carbono y la mitigación de inundaciones gracias a la retención de agua por los cultivos en azotea.