Greenpeace ha celebrado la obtención de 60 ratificaciones para el Tratado Global de los Océanos, lo que permitirá su entrada en vigor en 120 días. Este acuerdo es crucial para proteger el 30% de las aguas internacionales antes de 2030, un objetivo que requiere la protección anual de áreas equivalentes al tamaño de Canadá. España se convirtió en el primer país europeo en ratificar el tratado, destacando la importancia del liderazgo en la conservación oceánica. Greenpeace insta a todos los países a ratificar el acuerdo y a trabajar en la creación de santuarios marinos para mitigar la crisis climática y garantizar la seguridad alimentaria. La organización también aboga por una moratoria sobre la minería submarina, una actividad que amenaza gravemente los ecosistemas oceánicos.