El Pantanal bate su propio récord de incendios
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(Foto: WWF Brazil)

El Pantanal bate su propio récord de incendios

sábado 17 de octubre de 2020, 21:40h

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En el mes de septiembre, el Pantanal registró 8 106 incendios, superando en un 35% el récord histórico de los 5 993 fuegos de agosto de 2005. Este es el análisis de la situación que hace Jaime Gesisky, de WWF Brasil.

Mientras el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hablaba en la inauguración de la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, que hace seguimiento de los incendios en el territorio, detectaba una cifra récord en el Pantanal, el humedal más grande del planeta.

En su discurso frente a la ONU, Bolsonaro hizo un gran esfuerzo para dar cifras inexactas y culpar a los pueblos indígenas y a las ONG en un intento de confundir a la audiencia internacional. El presidente brasileño llegó a decir que el país es víctima de "una de las campañas de desinformación más brutales sobre la Amazonía y el Pantanal". Y desmintió incluso los datos de seguimiento por satélite.

Según el INPE, el Pantanal acumuló 8 106 incendios en el mes septiembre, superando en un 35% su récord histórico de 5 993 siniestros en agosto de 2005. Se trata de la mayor cifra desde que el INPE comenzó los registros en 1998: en 2020 los incendios en la región ya suman 18 259, el triple que en 2019.

Mientras tanto, en Paraguay se suceden los incendios masivos y difíciles de controlar, como ya pasó el año pasado. A esto hay que añadir la mayor sequía de los últimos 50 años y olas de calor extremas con temperaturas nunca antes registradas, incluso durante dos días seguidos se llegó a los 43 grados en casi todo el país.

Estos fuegos se registran también en varias reservas naturales, principalmente las del Bosque Atlántico, pero en el Pantanal han arrasado más de 20 hectáreas del Parque Nacional Río Negro. La navegabilidad de los ríos Paraguay y Paraná está comprometida por la falta de lluvias y el sector ganadero tiene problemas en la mayoría de sus fincas, según declaraciones del presidente de la Asociación Rural del Paraguay.

Por su parte, en Bolivia, los datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) muestran que durante 2020 han ardido ya más de 2 300 000 de hectáreas. El 23% de las zonas afectadas están dentro de áreas protegidas, entre ellas dos de las más grandes del país y ubicadas en el Pantanal: el Parque Nacional Otuquis y el Área Natural de Manejo Integrado San Matías. Aún se están combatiendo estos últimos fuegos con brigadas de primera respuesta, con el apoyo de WWF Bolivia y la FAN.

Las llamas en el Pantanal ya han devastado alrededor de 3 400 000 hectáreas desde principios de año, lo que corresponde al 23% del bioma. Es posible que especies endémicas de animales y plantas se hayan perdido para siempre. El fuego se ha convertido en un problema transfronterizo que está afectando nuevamente a los tres países.

Fue una repetición de lo que ya había sucedido el año pasado, una tragedia anunciada por los expertos en un contexto de altas temperaturas, sequía, deforestación e incumplimiento de las leyes ambientales”, evalúa Mariana Napolitano, responsable del Programa de Ciencia de WWF Brasil.

En el Pantanal los focos de los incendios aumentaron antes de la estación seca, a partir de marzo. E incluso con la prohibición del uso del fuego por parte del Gobierno a principios de la segunda mitad del año el número de brotes mensuales ha seguido aumentando. La prohibición también se aplica para la Amazonía.

Sin ley

El incendio que comenzó en nueve fincas del Pantanal, incluso a pesar de la prohibición, consumió 141 000 hectáreas del bioma, según la Policía Federal, que puso en marcha el Operativo Matáá en un intento de sancionar a los infractores.

En la Amazonia no fue diferente. La región que fue noticia en todo el mundo en 2019 debido a los incendios provocados también ha sufrido un alto número de incendios en 2020. En agosto de este año, se registraron alrededor de 30.000 mil focos de incendios. En septiembre fueron 32 000, es decir, un 60% más que en el mismo mes del año pasado.

En la Amazonia la causa del fuego es la deforestación, que produce abundante material (árboles talados y otros tipos de biomasa). La mayoría de las veces alguien inicia la combustión, una forma de "limpiar" el área para recibir semillas de pasto y, posteriormente, ganado.

Sin control, la quema puede convertirse en un incendio forestal y arrasar grandes áreas. Esto ocurrió en 2019 y se repitió en 2020, incluso con el despliegue de las Fuerzas Armadas para contener la deforestación y los delitos ambientales. La presencia de los militares en la región, que se espera que continúe hasta el 2022, no ha generado los resultados prometidos a pesar de los masivos recursos asignados por el Congreso Nacional a la labor de las Fuerzas Armadas en la lucha contra las actividades ilegales en la región.

Los datos demuestran que la deforestación y la quema siguen registrando niveles muy altos en la Amazonia, sobre todo cuando se analizan los registros del INPE o de la NASA y otras plataformas internacionales, que facilitan datos que confirman lo que dice el instituto oficial brasileño. De hecho, los datos de la NASA revelan que, este año, el 54% de los incendios en la Amazonia tuvieron como origen la deforestación.

Impactos sobre la biodiversidad

Las imágenes de guacamayos azules, caimanes y jaguares calcinados por los fuegos del Pantanal este año dieron la vuelta al mundo. Sin embargo, no reflejan el alcance de los impactos del fuego sobre la biota y los recursos hídricos. Las pérdidas se medirán con el apoyo de WWF Brasil, que apoya los estudios de un grupo de investigación de la UFMT (Universidad Federal de Mato Grosso) para evaluar el impacto del fuego sobre la fauna del Pantanal. El trabajo será desarrollado por investigadores, utilizando la metodología científica adoptada por Embrapa-Pantanal, corporación vinculada al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento brasileño y que desde la década de los ochentas ha desarrollado investigaciones para comprender la complejidad socioeconómica y ambiental de la región.

"La cantidad de animales encontrados muertos sorprende incluso a los especialistas más experimentados. Sin embargo, también hay muchos animales pequeños resguardados en cavidades en el suelo y áreas menos afectadas por el fuego, así como animales grandes que lograron escapar, refugiándose en áreas que no están quemadas, y que ahora buscan refugio y comida”, añadió Napolitano.

El suelo del Pantanal, muy rico en materia orgánica, puede seguir ardiendo durante varios días, provocando accidentes a animales y personas. Y el fuego puede resurgir si hay combustible para propagarlo. Los animales que lograron refugiarse o escapar del fuego no tienen alimento, ya que la vegetación está seca, o muerta, en el caso de las especies más sensibles a temperaturas excepcionalmente altas.

Qué está haciendo WWF Brasil

En la Amazonía

Desde agosto de 2019, WWF Brasil, con el apoyo de la Red de WWF, viene reforzando sus acciones para combatir incendios y fortalecer la vigilancia territorial en la Amazonía. Los proyectos ya han alcanzado más de 93 millones de hectáreas de tierra, una superficie equivalente a más del 18% de la Amazonia y superior a la suma de los territorios de Francia, Reino Unido y Dinamarca.

Desde entonces, se han firmado alianzas con 23 organizaciones de la sociedad civil y con nueve agencias gubernamentales, como la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Amazonas, la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Acre y la Policía Ambiental de Acre.

Las acciones, que se llevaron a cabo en 135 tierras indígenas y unidades de conservación, ya han beneficiado directamente a más de 69 900 personas e, indirectamente, a 3 700 000. Ya se han donado más de 7 000 equipos y se han realizado 54 capacitaciones, cursos, talleres y asambleas con un total de 2 945 participantes.

En el Pantanal

WWF Brasil ha realizado proyectos en el Pantanal durante 20 años, en asociación con organizaciones locales. Ante la crisis ambiental provocada por la quema en el bioma, se priorizaron acciones de envío de equipos de protección y capacitación a brigadistas, además de la entrega de alimentos a las comunidades locales.

Las acciones también incluyen apoyo logístico a las organizaciones sociales que operan en el Pantanal, además de alianzas con entidades locales y gobiernos con el objetivo de contener el desastre ambiental en el Pantanal.

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