Depresión

02/06/2025@14:51:28

Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya y la Universitat de Barcelona revela que los niños y niñas con trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL) experimentan un mayor sufrimiento emocional en comparación con sus pares de desarrollo típico. Este grupo presenta síntomas de ansiedad, depresión, conducta agresiva y problemas sociales. El 20% de los niños con TDL muestra problemas severos de ansiedad, mientras que solo el 8% en el grupo típico lo hace. Las niñas con TDL tienden a presentar problemas menos visibles, como dificultades de pensamiento, lo que puede llevar a un diagnóstico tardío. La investigación destaca la importancia de implementar programas preventivos que integren el trabajo emocional para mejorar su bienestar y habilidades comunicativas. Es crucial que maestros y familias estén atentos a los síntomas emocionales en estos niños para brindar el apoyo necesario.

Cuando atraviesan por sentimientos de ansiedad o tristeza, la mayoría de los jóvenes estudiantes recurren a alimentos altos en grasas, dulces y bebidas azucaradas.

Científicos de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, están empleando inteligencia artificial y una de las mayores plataformas del mundo, Twitter, para intentar crear modelos de predicción de la ansiedad y la depresión que, en el futuro, podrán suministrar señales indicativas de esos trastornos antes de la formulación del diagnóstico clínico.

Un estudio internacional liderado por investigadores del IDIBAPS y CIBERSAM, la Universidad de Linköping (Suecia) y del King's College London demuestra y cuantifica que una reducción de las adversidades infantiles podría reducir la incidencia de los trastornos mentales en la edad adulta.
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Un estudio liderado por el CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red) y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI) vincula directamente la comida ultra-procesada con la depresión, el volumen de sustancia gris del circuito cerebral mesocorticolímbico y parámetros de inflamación.

La pérdida de olfato sufrida por algunas personas como consecuencia de haber contraído COVID-19, ha significado un dramático deterioro en la calidad de vida de estos pacientes, al extremo que cerca de la mitad manifiesta algún síntoma asociado a cuadros depresivos. Así lo plantea un estudio encabezado por la doctora en neurociencia de la Universidad de Maryland y profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Alexia Núñez.

Científicos brasileños evaluaron a 425 pacientes entre seis y nueve meses después de su alta hospitalaria. Más de la mitad de ellos informaron una declinación de la memoria y los test apuntaron pérdidas cognitivas relevantes en esa población.