La reducción del desperdicio alimentario es crucial para combatir el derroche de recursos como agua, energía y trabajo humano, así como la contaminación de ecosistemas. Actualmente, se desperdicia un cuarto de los alimentos producidos para consumo humano, lo que equivale a 33 kg por persona al año, siendo los hogares los principales responsables. En España, más de 20 millones de toneladas de alimentos se pierden anualmente, generando un impacto significativo en las emisiones de CO2. Para 2030, se prevé que estas emisiones aumenten si no se implementan medidas efectivas. Adoptar un modelo alimentario sostenible podría reducir el desperdicio en un 50% y las emisiones per cápita asociadas en un 96%. Es esencial actuar ahora para lograr un futuro sin desperdicios y mitigar el cambio climático.