Durban en la prórroga, prorrogable

Durban en la prórroga, prorrogable

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Los pronósticos de la Agencia Estatal de Energía se han cumplido al pie de la letra. Tras dos semanas de negociaciones infructuosas, la cumbre de Durban se ha tenido que prorrogar hasta esta tarde, en un más que probable fútil intento de conseguir un acuerdo mínimamente satisfactorio que salve la Cumbre de la vergüenza.

Durban en la prórroga, prorrogable

Somos muchos, los que vemos que cada se obtienen menos resultados de las cumbres internacionales independientemente del tema del que trate, economía o medioambiente y esta cumbre ha cumplido con nuestros más nefastos temores.

Llevamos 12 días de discusiones sin que se vea un mínimo asomo de acuerdo. Ayer se debería haber concluido la Cumbre, pero visto el fracaso, se ha tenido que prorrogar. La prorroga, que en un principio debía acabarse por la mañana ha tenido que volverse a prorrogar hasta esta tarde-noche, no habiéndose establecido una hora para darla por terminada.

Sobre la mesa están, ahora mismo, dos borradores que fueron mejorados durante la sesión nocturna de ayer, pero que tendrán que ser discutidos por una Conferencia cuyos participantes, aunque suficientes para representar los distintos grupos de opinión, se han visto, ante la imposibilidad de cambiar los viajes de vuelta de muchas de las delegaciones, significativamente reducidos.

La representación de la Unión Europea ha quedado reducida a la comisaria para el Cambio Climático de la Unión Europea, Connie Hedegaard y dos ministros, el de Polonia y el de Reino Unido, mientras que las economías más contaminantes del planeta siguen siendo representadas por China, India, Brasil y Estados Unidos.

Los principales escollos son la negociación de un segundo periodo de Kioto, el único momento en el que se consiguió un compromiso internacional contra el cambio climático, y el acuerdo global vinculante.

120 países africanos, los Estados insulares del Pacífico y del Caribe que mayores daños sufrirán por el cambio climático, los países menos desarrollados y la UE pretendían alcanzar un acuerdo de carácter global y vinculante, por el cual el mundo entero se comprometiera a una reducción de las emisiones desde el momento de la firma hasta 2020. A cambio de ese compromiso se ofrecían a prolongar el Protocolo de Kioto que expira en 2012.

Sin embargo Rusia, Canadá y Japón ya han anunciado su negativa a firmar un segundo Kioto y China y Estados Unidos, junto con la India, que intentó explicar su postura en un emotivo discurso sobre contaminación y pobreza, se han negado y, hasta ahora, se niegan a firmar un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la reducción de gases.

Existen dos alternativas posibles, una mala y otra peor. La mala es que se logre, con mucha suerte, la firma de un segundo periodo del Protocolo de Kioto y se ponga en marcha una hoja de ruta para un nuevo marco legal en el que todos los estados se comprometan con la lucha contra el cambio climático, hoja de ruta que parece estar únicamente centrada en la fecha para firmar el tratado.

La peor, que se posponga la decisión a una futura cumbre, lo que significaría el oprobio y la vergüenza ya que implicaría un derroche infructuoso de recursos.

Así, de negras están las cosas en una prorroga prorrogable hasta mañana ya que, de no alcanzar un acuerdo mínimamente decente, puede suponer que la temperatura de nuestro planeta se eleve 3ºC de forma permanente.

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