Según ya se había planteado en un primer momento, los hombres de negro del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya han aterrizado en nuestro país y según las mismas fuentes podrán prolongarse hasta el 26 de Octubre con la finalidad de controlar la reforma del sistema financiero y el plan de saneamiento que, en los últimos meses, se ha estado concretando a través de medidas tan impopulares en la sociedad española como la creación del banco malo o la ayuda a la banca mediante el préstamo de dinero público.
Antes de que empiecen a pensar cualquier relación con la saga cinematográfica de ''Men in Black'', deciros que nada tiene que ver; el origen del mote de estos respetables señores que vienen para fiscalizar las cuentas del Estado español es de algunas personalidades de gran relevancia en el panorama de la economía mundial (lleva ya vigente desde el desembarco de los diferentes entes económicos en Grecia) y de otros como el ministro de Hacienda de España, Cristóbal Montoro.
Nos puede sorprender el cometido real que tienen en el país pero últimamente nuestros acreedores se están preocupando demasiado, en exceso pienso, debido a la crítica situación acuciada por los constantes rumores de la solicitud del rescate total a Bruselas (cosa en la que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, no consigue aclararse) así como los continuos vaivenes que se producen en las agencias de calificación del mundo.
Muchos, la mayor parte de la sociedad española, puede llegar al razonamiento de que si una agencia, con cierto prestigio mundial reconocido, vaticina que la calidad de la deuda se acerca cada vez más cerca a la de bono basura, pues entonces es que estamos en una situación real critica. A todos vosotros me enorgullezco de deciros que, en parte, os equivocáis. Estas agencias están ampliamente vinculadas a ciertas compañías privadas y fondos de capital riesgo los cuales tienen gran interés, a veces, en las perspectivas bajistas del mercado y de la deuda generándose así un buen beneficio. Esto es denominado comúnmente por los políticos que dicen representarnos como ataques bajistas en contra de la planificación tan excelente que ellos hacen.
El desembarco de estas instituciones, y las que nos quedan, evidencian como, por culpa de una crisis mal gestionada y de una casta política ineficaz en muchos aspectos, tenemos una dependencia excesiva con otros organismos internacionales, así como acreedores, que ya nos obligan a realizar ciertos ajustes en temas como las becas o las tasas publicas de la universidad cohibiéndonos y despojándonos de cualquier capacidad de obrar como sociedad organizada políticamente.
Si (
No(
