América Latina enfrenta un aumento de brotes de chikunguña y la expansión del virus Oropouche, según una alerta de la Organización Panamericana de la Salud. Ambos virus no cuentan con tratamiento específico ni vacuna, lo que hace crucial el control de vectores y la protección personal. Hasta agosto de 2025, se han reportado más de 212,000 casos sospechosos de chikunguña y 110 muertes en 14 países, con Bolivia, Brasil y Paraguay como los más afectados. El Oropouche ha alcanzado once países, destacando la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica. La OPS insta a intensificar el diagnóstico y mejorar las capacidades clínicas para manejar complicaciones asociadas.
Un estudio del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) revela que el virus Orsay, que infecta al nemátodo Caenorhabditis elegans, provoca infecciones latentes que generan una memoria inmunitaria. Este mecanismo permite al gusano defenderse de reinfecciones, incluso de cepas diferentes del virus. La investigación, liderada por Santiago F. Elena, destaca la importancia de la interferencia por ARN en la respuesta inmunitaria del nemátodo y cómo esta disminuye con la edad. Además, se sugiere que los recursos celulares pueden influir en la eficacia de esta respuesta. Estos hallazgos tienen implicaciones para el desarrollo de nuevas terapias y el control de epidemias.
Científicos del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA, CSIC) han desarrollado variantes recombinantes del virus de la fiebre del Valle del Rift (RVFV), un patógeno catalogado como amenaza biológica. Este avance permite el seguimiento de la infección a través de genes que emiten señales lumínicas, facilitando estudios sobre su replicación y potencial terapéutico. La investigación, publicada en el Journal of Virology, destaca la capacidad del virus para incorporar modificaciones genéticas sin perder su función. Estas innovaciones son clave para mejorar la comprensión de la enfermedad y desarrollar medidas de control efectivas.
Los virus son los organismos más numerosos de la Tierra. Se conocen ya miles, pero hay millones por descubrir. Para entrar en el huésped que necesitan para vivir, los virus despliegan distintas estrategias.
Un grupo de investigación del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de València (UV), ha desarrollado un método para detectar virus como el causante de la pandemia mundial de covid-19, el SARS-CoV-2, mediante la técnica de edición genética conocida como CRISPR.
En su comunicado de prensa del 28 de abril de 2021, el laboratorio Grifols ha anunciado su próxima ubicación en la singular localidad de Ordino, propuesta a la Unesco como Reserva de la Biosfera.
Han pasado casi tres décadas desde que el virus de la rabia escapó de un laboratorio de armas biológicas, y ahora, todavía bajo una cuarentena brutalmente impuesta, algunos han encontrado formas de existir en medio de los infectados.
Científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) obtienen nanopartículas recubiertas con anticuerpos contra el coronavirus a partir de ‘biofactorías’ de plantas.
La función biológica descrita por especialistas del CONICET podría estar operando en proteínas asociadas a Alzheimer, cáncer y otras condiciones. Los estudios se describen en la revista Nature Structural & Molecular Biology.
Los resultados señalan que las muestras secuenciadas parecen pertenecer al mismo brote detectado en otros países europeos, ya que los genomas obtenidos apenas difieren de los ya secuenciados