El pulmón del planeta apuñalado

El pulmón del planeta apuñalado

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

Escucha la noticia

Este martes se ha aprobado el letal Nuevo Código Forestal de Brasil por el cual se dejará desprotegida, como mínimo, la quinta parte de su superficie, unas 400.000.000 has, lo que equivale a dejar sin protección el 80% de toda la superficie de España.

El pulmón del planeta apuñalado

Durante todo el pasado año, los ecologistas de todo el mundo y la comunidad científica brasileña han tratado de alertar sobre el peligro de desproteger la selva más híper-diversa del mundo y en la cual se estima, por ejemplo que un solo árbol puede haber más especies de hormigas, que en toda la superficie de países de la región templada.

Pero, al igual que en la cumbre de Durban, las presiones de los lobbies han superado la alarma que los sectores científicos y ecologistas intentaron propagar y ni siquiera una carta que los diez ministros de medio ambiente mandaron a Rousself para evitarlo ha surtido efecto, porque en un país en el que la producción agrícola y la industria asociada factura miles de millones de dólares, tan sólo en soja, caña de azúcar y pastos para el ganado, el que se expongan miles de millones de has a la deforestación, no significa dentro del balance económico, nada.

Uno de los últimos cartuchos para salvar la selva amazónica se produjo la semana pasada, cuando la Confederación Nacional de Obispos de Brasil remitió un comunicado en el que manifestaba su preocupación al entender que la nueva ley condenará a regiones enteras del país a convivir con ríos que agonizarán, manantiales que quedarán sepultados y a la fauna y flora a su extinción.

La última posibilidad de salvación, el veto de la Presidenta Dilma Rousselff, no se ha producido, lo cual tira por la borda todo el trabajo de su predecesor que había conseguido ir reduciendo la deforestación amazónica hasta su menor índice desde que se controla este mismo año.

Ahora y pese a los compromisos internacionales que tiene Brasil para frenar la deforestación, todo queda en entredicho, ya que no sólo reduce la protección de la selva al reducir las Áreas de Protección Ambiental Permanente, sino que se perdona todos los crímenes de los hacendados que durante años se aprovecharon del escaso control para deforestar la selva y apropiarse de los territorios para plantar o para utilizarlos en sus fincas ganaderas.

La nueva ley no sólo reduce los espacios protegidos, dejando a merced de la agricultura los bosques ribereños, las cimas de las colinas sino que ataca las riberas de los ríos, que hasta ahora contaban con una protección de 30 metros a cada orilla y ahora queda reducida a la mitad.

Todos los cambios que esta ley supone podrían afectar a humedales, bosques inundados, manglares o a pantanos, que quedarían a merced de los hacendados.

Lo peor, dentro del desastre, no es que se haya ignorado a los ecologistas, sino a catedráticos brasileños que sostuvieron y sostienen que el cambio legal era innecesario ya que se podría mantener la producción, sin poner en peligro el patrimonio biológico. Sin embargo, han sido completamente ignorados por los políticos a la hora de elaborar la ley. No interesaba la opinión de la ciencia.

Cierto es que una ley publicada en 1965 y remendada durante todos estos años, dejaba mucho pie a lagunas e incoherencias, pero desproteger la selva y exculpar comportamientos ilegales, no es lo que la selva y el país necesita.

Naturalmente, desde Brasil se intenta asegurar que está ley será beneficiosa no sólo para los hacendados, sino para la selva, pero los daños para las especies ya han sido estimados en al menos 100.000 especies, eso por no hablar de las toneladas de dióxido de carbono que se van a liberar y no volverán a ser absorbidas.

Sin embargo, tal vez deberíamos mirar a Europa y el resto de las regiones desarrolladas, antes que culpar a los gobernantes brasileños. Nosotros, hemos devastado gran parte de nuestra superficie forestal para desarrollarnos y ahora, pretendemos que ellos preserven lo suyo, sin ofrecerles suficientes contrapartidas para ello.

Naturalmente que nos indigna que lo arrasen pero nosotros ya lo hicimos, ¿por qué ellos debían de ser distintos? ¿Tan sólo porque su selva es mucho, muchísimo más diversa que nuestros bosques o porque ellos ahora cuentan con mayor información que nuestros antepasados y saben a lo que se arriesgan? Parece ser que para la política brasileña no es bastante.

Lo que no saben, es que liberar el suelo y deforestarlo, sólo supondrá para los hacendados una superficie que cultivar durante algunos años, luego tendrán que desplazarse porque la calidad de los suelos amazónicos sin la selva, queda reducida, en poco tiempo, a la nada.

El pulmón del planeta apuñalado
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios