Un directivo de la subcontrata --Energía y Sistemas de Tokio (TES)- ordenó a sus trabajadores que fabricaran fundas de plomo para los dosímetros personales, según ha revelado la propia TES y recoge la agencia de noticias japonesa Jiji.
El plan surgió con el objetivo de saltarse el límite de 50 milisieverts al año fijado por el Gobierno como máximo para un trabajador de instalaciones nucleares, después de que el directivo visitara Fukushima-1 a finales del pasado mes de noviembre.
Sin embargo, el mismo directivo que ideó el fraude ha revelado que las fundas de plomo fueron desechadas porque no servían para rebajar las lecturas de radiación.