En concreto, la medida afectará a los mamíferos ungulados, entre los que destacan los elefantes, las jirafas, los hipopótamos, los camellos, los rinocerontes o los antílopes. Esto supone "flexibilizar" unas normas hasta ahora "muy estrictas", según la Comisión Europea para que sea más sencillo importar “con garantías” ejemplares de especies en peligro de extinción que puedan integrarse así en programas de conservación, de manera que especies en peligro de extinción puedan preservarse y que, con este cambio en el enfoque comunitario se permita luchar más eficazmente contra el tráfico ilegal de animales protegidos.
Con los cambios adoptados, la UE se asegura de que los animales importados no se destinarán a la cadena alimentaria, sino que se limitará su destino únicamente "a la educación, la exhibición pública, la conservación de las especies y otros fines científicos", según ha explicado la Comisión en un comunicado.
A cambio de esta flexibilización de los criterios de importación, los Estados miembros solo podrán autorizar la entrada de estos animales si antes se encontraban en estructuras protegidas similares por las autoridades del país de origen.
Los ejemplares importados deberán contar además con las pruebas específicas y certificados adecuados y pasar por los centros autorizados por los servicios veterinarios para garantizar que cumplen "estrictamente" con las cuarentenas y las medidas de bioseguridad que exige la UE.
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