Por ello, para intentar conseguir y mantener un peso adecuado, es preciso dormir al menos 8 horas diarias.
Las causantes de esto son dos hormonas: la leptima, que inhibe la sensación de hambre y la ghrelina, que estimula el apetito.
Estas dos están relacionadas con el apetito y se modifican con las horas de sueño, por lo que a menos horas que durmamos, las concentraciones de leptina disminuyen y aumentan las de ghrelina, y por ello nos da por comer.