El grupo textil Blanco, controlado por el empresario Bernardo Blanco, se enfrenta a graves problemas económicos y financieros. En el mes de marzo, Blanco solicitó el concurso voluntario de acreedores para las cinco sociedades que integran el grupo.
Este procedimiento por el cual se reconoce de forma voluntaria la situación de insolvencia permite pactar en un máximo de cuatro meses un acuerdo de reestructuración de deuda con las entidades de crédito, así como evitar declararse en concurso obligatorio, lo que dificulta mantener la administración de la empresa y el control del patrimonio.
La “delicada situación económica” que atraviesa España es el motivo por el que el grupo se ha visto obligado a acometer una reestructuración y adecuar su tamaño a las
nuevas condiciones macroeconómicas, según señalan desde Blanco en un comunicado.
Una de las primeras medidas que ha tomado la firma de moda es el cierre de tiendas. En los últimos meses el grupo ha cerrado sus establecimientos en las calles Preciados, Fuencarral y Princesa en Madrid, así como otras tiendas en Barcelona, Palma de Mallorca, Alicante, Vitoria y Cádiz.
En los próximos meses, está previsto el cierre de 43 establecimientos en España y dos en Portugal. Hasta ahora, la cadena contaba con 245 tiendas en un total de 23 países, entre ellos Emiratos Árabes, Reino Unido, Grecia, Qatar, Marruecos, Rusia o México.
El grupo de moda había mantenido negociaciones con Mango con el fin de integrarse en su grupo como segunda marca, pero las negociaciones no fructificaron. Blanco se une así a otras empresas de moda como Caramelo, Victorio & Lucchino y Hakei, que también se encuentran en concurso de acreedores.
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