Aniversario de Nino Rota

Rota nace en Milán, probablemente si no hubiese nacido en este lugar, El Padrino no sería hoy día lo que significó en su momento. Niño prodigio absoluto, su primera obra de éxito la estrenó con apenas 11 años. Sus primeras obras se las dedicaba a los santos, y en especial, a San Juan Bautista. Ya con 19 años tiene el título superior de música, y viaja becado a Estados Unidos, donde conoce a Stravinsky, del que se convierte en discípulo. De este vínculo nacen multitud de repercusiones.

Cuando vuelve a Italia, la industria cinematográfica está intentando trabajar con músicos de renombre, aunque en esta época, trabajar para el cine implica bajar de categoría profesional. En 1933 Rota graba Treno Popolare, pero pasan 9 años hasta que compone otra banda sonora. En 1942 se incorpora a esta industria y empieza a componer piezas anualmente, hasta que llega un momento en el que sólo acepta trabajos que le interesen, como El Padrino.

En los años 50 colabora con Luchino Visconti, creando uno de los títulos más importantes de su carrera, El gatopardo. Colabora además con otros autores, cuyos hitos son: Guerra y paz, Romeo y Julieta o su penúltima banda sonora, Muerte en el Nilo.

En 1951 conoce a Federico Fellini, con el que fragua una fecunda amistad. El entendimiento entre ambos era muy fuerte; con Fellini pone música a La dolce vita, entre muchas otras. 1952 supone el año de debut en solitario de Fellini como director, que ya lleva música de Nino Rota, El jeque blanco. Los inútiles se estrenó poco después, aunque las malas críticas llegaron junto a una época de crisis. Sin embargo, la tercera colaboración del tándem triunfó. El primer premio Oscar para Fellini, de los tres que obtuvo a lo largo de su vida, lo consiguió gracias a esta película. Un cuarto Oscar honorífico pondría la guinda a una trayectoria llena de éxitos de la que Rota había sido partícipe. La carrera del director estuvo a punto de finalizar con la muerte de Rota en 1979, aunque el binomio sería recordado hasta nuestros días.

Hitchcock y Bernard Herrmann, o Sergio Leone y Ennio Morricone, son otros de los tándems más recordados, aunque hay que decir que la afinidad entre los componentes del binomio italiano era tal, que sin el otro, sus obras carecerían de significado. Esto puede extraerse de palabras del propio director, quien llego a afirmar que "mi predilección por Rota como músico se basa en que le encuentro muy próximo a mis temas y a mis historias, y en que trabajamos juntos (no me refiero a los resultados sino al modo de trabajar) muy bien".