Según Kung y su equipo, la manera de mejorar el rendimiento de las baterías es modificar su estructura y sus materiales internos, para que los iones de litio que las componen puedan moverse más libremente.
Este rápido movimiento supone que la carga sea más veloz. Según los cálculos que presentan los investigadores, esta tecnología (que podría ser implementada en cinco años más) permitiría cargar una batería en 15 minutos y tendría carga por una semana.
El problema es que este sistema de carga rápida haría que la batería empezara a perder su capacidad de almacenamiento después de 150 cargas, aunque según Kung, incluso sin todo su poder de almacenamiento esa batería sería mucho mejor que las que tenemos actualmente.