Tanto el aumento del horario como el régimen de movilidad especial, que facilita desvinculaciones laborales para funcionarios sin horarios (especialmente para los profesores), figuran como los principales puntos de esta nueva reforma laboral aplicada a los empleados públicos, uno de los compromisos que tuvo que firmar el Gobierno conservador a cambio de recibir el rescate financiero internacional.
El Partido Social Demócrata (centro-derecha) y los democristianos del CDS-PP, que ostentan mayoría absoluta en el Parlamento, han respaldado la nueva ley frente a la oposición del Partido Socialista y la izquierda marxista.
Su entrada en vigor dependerá, no obstante, de la sanción del jefe de Estado del país, Aníbal Cavaco Silva, que tiene competencias para devolver la ley al Parlamento para una nueva apreciación.
El cuadro de los funcionarios en Portugal ronda los 600.000 empleados en todos los sectores públicos, cerca del 10 % de la población en edad laboral. En los últimos meses, se han sucedido manifestaciones sectoriales de docentes -el 40 % del total de los funcionarios-, de los representantes de Transportes e incluso de las Fuerzas Armadas lo que desembocó el pasado 27 de junio en una nueva huelga general, la cuarta en tan sólo dos años.
Después de la aprobación parlamentaria, grupos sindicales han celebrado una concentración de protesta frente al máximo órgano legislativo luso encabezados por la mayoritaria Confederación General de Trabajadores de Portugal (de línea comunista).
Los sindicatos alertaron que los nuevos despidos en el Estado pueden rondar los 30.000 , mientras que los partidos de izquierda marxista -el Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda- valoraron como inconstitucional el aumento de las horas de trabajo del funcionariado.
El nuevo régimen de los trabajadores públicos forma parte de una profunda reforma del Estado con la que se prevé ahorrar unos 4.000 millones de euros de forma permanente y que está auspiciada por la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) que concede el rescate financiero a Portugal y manipula de esta forma a su antojo a los gobiernos de Portugal y de todo el sur Europeo bajo la amenaza constante de retirarles su rescate.
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