Yo soy la nueva "garganta profunda"

Yo soy la nueva "garganta profunda"

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Edward Snowden, un ingeniero informático estadounidense de 29 años, es la persona que filtrara la semana pasada los documentos que prueban cómo el Gobierno de EEUU ha estado espiando a sus ciudadanos.

 A través de la Agencia Nacional de Inteligencia, el gobierno liderado por Barack Obama ha espiado a millones de ciudadanos interceptando sus llamadas telefónicas y accediendo a sus datos personales a través de los servidores de grandes empresas como Microsoft, Apple, Yahoo, Facebook, YouTube o Skype.

Pero este joven valiente ha decidido que era hora de frenarlo y ha decidido revelar también su identidad y este lunes, en una entrevista con el diario británicoThe Guardian dice tener más miedo por lo que le pueda pasar a su familia y entorno que a él.

"Lo único que temo es el efecto negativo que esto pueda tener sobre mi familia, a quienes ya no voy a poder ayudar. Eso es lo que me desvela por las noches", decía Snowden, quien quiso dejar bien claro que "lo que quiero es que toda la atención se concentre en los documentos y en el debate que espero que provoque en la ciudadanía y en todo el globo sobre el tipo de mundo en el que quieren vivir". "Mi única motivación es informar a los ciudadanos sobre lo que se hace en su nombre y lo que se hace en contra de ellos [...] No quiero estar en el centro de la atención mediática porque no quiero que todo esto vaya sobre mí, sino sobre todo lo malo que está haciendo el Gobierno de EEUU", prosiguió. 

Snowden, actualmente en Hong Kong, a donde se desplazara después de dejar su trabajo como consultor de la NSA en Hawai tras haber recolectado toda la información que ahora ha sido publicada, continuaba a The Guardian: "Tienen un especial compromiso en proteger la libertad de expresión y el derecho a la disidencia política". Ha tratado de pasar desapercibido, aunque sabe que a partir de ahora las cosas se complicarán porque lo siguiente será que EEUU le acuse de alta traición, un caso similar y un procedimiento similar al que le está sometiendo a Bradley Manning.

"He salido tres veces de la habitación desde que llegué aquí [...] Tenemos una oficina de la CIA justo al final de la calle ─el consulado de EEUU en Hong Kong─ y estoy seguro de que van a estar muy ocupados la próxima semana. Y eso es una preocupación. Voy a vivir con ello toda mi vida".

Del Ejército a la CIA

Snowden no es un informático de medio pelo, pues ha trabajado 4 años para la NSA y ha sido consultor de varias agencias adjudicatarias de contratos de defensa. La última en la que estuvo, Booz Allen Hamilton, es de la que ha sacado toda esta información revelada.

En 2003 se alistó en el Ejército de EEUU y comenzó el adiestramiento para entrar en las fuerzas especiales. Quería combatir en Irak porque "sentía que tenía la obligación como ser humano de ayudar a liberar a la gente de la opresión".

Aunque ese sentimiento le duraría poco: "La única motivación de mucha de la gente que entrenaba conmigo era matar árabes, no ayudar a nadie", asegura. Según Explicó a The Guardian, tuvo una lesión durante el entrenamiento ─se rompió las piernas─ y dejó la carrera militar.

A partir de ahí se adentró en el mundo del espionaje. Primero, trabajando como guardia de seguridad en una de las instalaciones de la NSA en la Universidad de Maryland. Después, en la CIA, en seguridad informática. 4 años después fue enviado a Ginebra con un pasaporte del cuerpo diplomático. Además de comprobar en su trabajo diario lo poco lícito de controlar la cantidad de información que tenía en su mano, tampoco se sentía a gusto con determinado comportamiento de otros agentes de la CIA. 

"La mayor parte de lo que vi en Ginebra sobre cómo funciona mi Gobierno y el impacto que tiene en todo el mundo me desilusionó [...] Me di cuenta de que estaba formando parte de algo que hace más daño que bien", asegura, después de poner un ejemplo al periódico de cómo la CIA forzó a un banquero a trabajar para proporcionarles datos secretos.

Entonces- confiesa-ya pensé en filtrar algunos documentos pero preferí esperar: "La mayor parte de los secretos que maneja la CIA son sobre gente, no sobre máquinas ni sistemas, así que no me sentí cómodo pensando que podía poner en peligro a alguien". También esperaba que con Obama las cosas cambiaran.  Pero eso no sucedió y, de hecho, asegura que empeoró.

Por ello, en vista de la situación, decidió dar a conocer estos documentos con la esperanza de generar un debate sobre la seguridad de las comunicaciones y el uso que de estos datos pueden hacer los gobiernos. Y es que no se puede inspirar el patriotismo en tanto joven, para que después se den de bruces con una realidad mucho menos bonita de lo que se pinta en los discursos políticos.

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