“Pido al presidente, a Mauricio Funes, que me ayude para que la sala [del Constitucional] acepte a interrumpir el embarazo”-decía Beatriz, la joven salvadoreña de 22 años cuyo embarazo de un feto inviable pone en serio riesgo su vida.
La joven hace 20 días grabó un vídeo en el que rogaba una solución a las autoridades de su país. “Yo me siento mal con todo lo que está pasando, porque no quieren hacerlo [la interrupción del embarazo] sabiendo que el niño no va a vivir al nacer”, explicaba la joven en la grabación con una voz muy débil. Pero sus súplicas no han servido de nada y el constitucional salvadoreño denegó la petición de amparo de la joven para que se le practique el aborto.
La muchacha, enferma de lupus y con graves problemas renales, grabó este vídeo ayudada por la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto cuando los magistrados del Constitucional aún estudiaban su caso. En las imágenes no se le ve el rostro, pero mueve las manos nerviosa. “Sería lo mejor que hicieran por salvar mi vida… porque no tiene sentido seguir con mi embarazo si el niño no va a vivir”, apunta. El pronóstico del hijo que espera es nefasto, según el comité médico que la atiende: el feto tiene anencefalia (sin cerebro). Sobrevivirá, si lo hace, como máximo unos días; y no sin un sufrimiento estéril. Pero ni siquiera estas condiciones tan serias ablandan a los jueces.
Y es que este país centroamericano prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo bajo cualquier circunstancia, algo que no se le escapa a Beatriz: “Los médicos del hospital han sido muy amables conmigo. Ellos también están preocupados por mi vida. Querrían hacerlo, pero no pueden porque ellos tienen miedo a que les vayan a meter presos. Pido que no les vayan a meter presos”.
En El Salvador la interrupción del embarazo puede penalizarse con hasta 50 años de prisión para las mujeres que se sometan a esta intervención –se las procesa por homicidio agravado— y 12 para los médicos que la realicen.
Cada día que pasa el estado de salud de Beatriz —que tiene otro hijo de un año y medio— empeora. Va a entrar ahora en la semana 25 de gestación y aunque por el momento permanece estable, según los médicos, se le han detectado otras patologías añadidas como consecuencia del embarazo tales como preclamsia y un aumento importante del líquido amniótico.
Y si es que logra superar el embarazo tendrá, según muchos expertos, secuelas añadidas a la enfermedad que ya padece. “Quisiera que la sala acepte y hagan lo que tengan que hacer conmigo porque yo quiero vivir. Les pido de corazón que lo hagan”, pide.
Imputada si viaja para abortar
El caso de Beatriz ha removido muchas conciencias y suscitado una gran movilización internacional. A las campañas de organizaciones de mujeres y por los derechos civiles de El Salvador se han sumado otras como Amnistía Internacional o Católicas por el Derecho a Decidir.
Desde España, el PSOE ha pedido al Gobierno de El Salvador que ampare el caso de la mujer. Su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha afirmado en el Congreso que el caso de Beatriz es “dramático” y la número dos del PSOE, Elena Valenciano, se reunió esta tarde con el embajador en funciones de ese país en España, Jorge Palencia, para tratar de interceder en este dramático caso.
Pero tampoco ha servido de nada, pues el diplomático ha explicado a Elena Valenciano que, tras el dictamen de la Sala Constitucional, la vía legal está agotada en El Salvador. “Es un problema constitucional en ese país. En la legislación salvadoreña no hay preeminencia de la vida de la madre sobre el no nacido; por lo tanto a partir de ahí todo se complica. No es que el Gobierno de El Salvador no quiera, es que es un problema de la Constitución", ha declarado Valenciano a la salida de esta reunión.
Además, las autoridades salvadoreñas han incidido en que, según la legislación de ese país, la mujer si sale del país para abortar, podría ser imputada a su regreso a El Salvador. "Podría ser acusada de colaboración en delito y se expondría a una pena de hasta dos años de cárcel", ha aclarado Valenciano.
Esa opción, la de viajar para poder ser intervenida en otro país con infraestructura y red legal para hacerlo, es una de las que están estudiando los abogados de la mujer y las organizaciones que la apoyan.
En España, la plataforma Decidir nos hace Libres ha solicitado incluso al Gobierno de Mariano Rajoy que conceda asilo político a Beatriz, para que pueda ser intervenida en España.
De hecho, el Grupor Dator —con clínicas en varios puntos de España— se ha ofrecido para costear el viaje de la mujer y un acompañante, así como la intervención, porque en España, la interrupción del embarazo en situaciones de anomalía fetal extremadamente grave o incompatible con la vida, como es el caso de la salvadoreña, están permitidos sin plazo si un comité de expertos lo autoriza.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor del aborto
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha ordenado por primera vez que se realice un aborto terapéutico a "Beatriz", esta joven de 22 años con lupus eritematoso discoide agravado con nefritis lúpica y con un feto anancéfalico (sin cerebro).
Esta Corte comunicó este jueves su resolución de que el gobierno de El Salvador debe adoptar medidas para garantizar la vida, integridad y salud de la señora B, como también es conocida, para proteger su identidad. La Corte exige al estado salvadoreño que la señora B. sea atendida por médicos de su elección.
La Comisión Interamericana presentó una solicitud de medidas provisionales el 27 de mayo de 2013, en la que define que debido a las condiciones de salud de la madre, el embarazo atenta contra su propia vida.
Una cesárea
Autoridades en El Salvador han aceptado finalmente que, mediando una recomendación de los médicos, se le practique una cesárea a Beatriz a la que han denegado su petición de realizarse un aborto terapéutico para salvarle la vida.
La joven embarazada de 22 años ha indicado que sus médicos le practicarán el procedimiento la próxima semana. La ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, había hablado en un principio de un parto inducido, pero luego se decidió que una cesárea es una solución aceptable.
"Está bien claro que en este momento la interrupción del embarazo ya no es un aborto, es un parto inducido", explicó a la prensa la ministra.
La funcionaria aseveró que proteger la vida de la embarazada es "un factor decisivo".
La Corte Suprema de El Salvador había rechazado el miércoles la petición de la joven de interrumpir su embarazo debido a que padece varias enfermedades y su bebé no tiene cerebro.
"Yo quiero vivir"
Esta mujer había implorado que le permitieran someterse a un aborto, pues esperar al nacimiento del bebé representa un riesgo mortal para ella, que ya tiene un hijo de 13 meses a quién quiere poder cuidar.
"Yo quiero vivir, por mi otro hijo que tengo", declaró a El Faro, principal medio digital de El Salvador, aunque en el fondo comparte el criterio legal del país de rechazo al aborto.
"Yo pienso que está mal... es que si él viniera bien, yo me arriesgaría la vida a tenerlo así como tuve el primero... pero este niño... dicen que viene sin cerebro y que no va a vivir, entonces... lo mejor es que lo saquen".
Dada la condición de salud de Beatriz, se le recomendó no embarazarse y de hecho, su primera gestación no fue nada fácil. Pero el niño está sano y ella decidió no esterilizarse porque "uno siempre piensa que quiere tener hijos más adelante".
Desde 1973, El Salvador castigaba el aborto pero lo permitía cuando el embarazo era resultado de una violación, el bebé traía malformaciones o madres como Beatriz estaban en riesgo de morir. Eso cambió en 1998 y desde entonces, El Salvador es uno de los cinco Estados que prohíbe cualquier tipo de aborto.
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