Durante una conferencia magistral en el Senado mexicano, el científico destacó que el cambio de temperatura en el planeta es consecuencia de la modificación de la composición química resultante de las actividades humanas, según un comunicado del órgano legislativo.
El dióxido de carbono se ha disparado desde el siglo XX y actualmente "tenemos 40% más que en el milenio pasado", añadió Molina, galardonado con el Nobel por su descubrimiento del papel de los clorofluorocarbonos (CFCs) en la degradación de la capa de ozono de la Tierra.
La temperatura del planeta desde que empezara la Revolución Industrial ha aumentado cerca de 0,7º C, lo que ha ocasionado que se derritan glaciares y se registren eventos extremos como inundaciones, incendios forestales, sequías u ondas de calor, precisó.
En esta ponencia, auspiciada por la Comisión de Cambio Climático del Senado, destacó las olas de calor y sequías registradas en Oklahoma y Texas, en Estados Unidos, así como en el norte de México hace dos años, señalando además que México es particularmente vulnerable al cambio climático pues tiene muchas costas.
Por otro lado, indicó que pese a los esfuerzos de los integrantes la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, no se han tomado medidas para lograr una reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero- esencialmente porque EE.UU. y China no han querido ser partícipes de los compromisos o se han opuesto frontalmente a las propuestas más enérgicas.
Agregó que es necesario bajar en esta década en al menos un tercio las emisiones de dióxido de carbono provenientes del uso de combustibles fósiles, porque de no hacerlo la temperatura va a subir más y eso sería muy peligroso.
Urgente
Para ello, se debe usar la energía más eficientemente, y a la vez mejorar la eficiencia en el transporte; sustituir el carbón por gas natural; capturar y almacenar el carbono, usar las energías eólica, solar y biocombustibles; tener mejores prácticas forestales, y desarrollar tecnologías seguras en materia de energía nuclear, precisó.
También consideró especialmente urgente establecer un precio a las emisiones de carbono para que el mercado pueda orientarse a otras opciones energéticas y lograr que se incremente la inversión en investigación, desarrollo y demostración de tecnologías avanzadas en energía.
De momento, preció, las barreras para resolver el cambio climático son de orden político y lo que tiene que hacer la comunidad científica es poner de manifiesto la importancia del problema. "Actuar o no actuar no es cosa de los científicos, sino de la sociedad", puntualizó.
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