El duque de Palma trata de desvincular a la Casa Real

El segundo 23-F más duro de Juan Carlos

El segundo 23-F más duro de Juan Carlos

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Iñaki Urdangarin ha asegurado que el Rey "no asesoró, autorizó o avaló mis actividades". El duque de Palma por fin ha declarado como imputado por los negocios que realizó para la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2016, por los que él y su socio Diego Torres obtuvieron más de 140.000 euros, argumentando que se trataba de una promoción de la marca España para el exterior.

El duque llegó pasadas las 9 de la mañana a los juzgados de Palma de Mallorca, a pie, y sólo acompañado por su abogado, eludiendo hacer declaraciones a los numerosos medios de comunicación de todo el mundo que le esperaban, lo que contrasta con su actitud ante la primera declaración, cuando se paro ante nuestros compañeros para asegurar que iba a demostrar su ''inocencia y honor''.

Urdangarin iba con el guion bien aprendido y no se ha salido de lo pactado. Las actividades delictivas del todavía duque han sido argumentadas como promoción de España y de la capital en las ''esferas internacionales''.

El yerno del Rey elevaba el tono ante la pregunta del fiscal, Pedro Horrach, sobre los negocios relacionados con la candidatura de Madrid 2016, que le sirvieron a él y a su socio Torres para llevarse en concepto de donaciones, entre 2007 y 2009, más de 140.000 euros a través de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social.

El fiscal ha considerado que todo este caudal de dinero para la candidatura olímpica no tuve resultado alguno, pues no hay ningún trabajo que avale dicha cantidad, ni ninguna otra, por parte del marido de la infanta Cristina.

Duro trago para la Casa del Rey

El duque tampoco ha olvidado exculpar a la Casa Real ante el juez Castro, a través de un comunicado leído en el que dijo que el Rey ''no opinó, asesoró, autorizó o avaló'' sus actividades en el Instituto Nóos si no que se limitó a recomendarle en marzo de 2006 que dejase de realizarlas porque consideraba que no eran "adecuadas a su estatus institucional".

Diego Torres, su antiguo profesor, y después socio, intentó implicar en la causa a varios miembros de la Zarzuela, viéndose manchadas las manos el mismísimo Don Juan Carlos y la Infanta Cristina. Los correos que entregó el pasado 16 de febrero como prueba pretendían hacer ver que el Rey avalaba los negocios de su yerno, aunque en 2006 le pidió que guardase las apariencias y se retirase de la primera línea pública.

Parece ser que no fue Juan Carlos quien pidió esta retirada a Urdangarin, sino el asesor de la Casa Real, José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao. A pesar de este aviso, está acreditado que el el duque siguió con sus actividades junto con Torres y por separado, haciendo caso omiso de las advertencias.

Intento de impugnación de los correos de Torres

No ha tardado el abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, en intentar impugnar los 197 correos aportados por Torres nada más comenzar la declaración. Sin embargo, el marido de la infanta no ha dudado en contestar a las preguntas que Horrach le ha formulado sobre los mismos.

Tan sólo 30 minutos ha durado el interrogatorio del juez Castro, tras el que Horrach comenzaba, a eso de las 10 y 20 de la mañana, las preguntas más incómodas. El duque ha intentado desvincular al asesor de las infantas, Carlos García Revenga, así como a su propia esposa, a pesar de que formaban parte del Consejo de Administración del Instituto Nóos ''por ser personas de confianza''.

Fuentes jurídicas aseguran que en esta segunda comparecencia de Urdangarin como imputado no se le ha preguntado aún por la evasión fiscal o por su relación con Corinna zu Sayn-Wittegenstein.

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