Se trata de un pez roca de la familia de los escorpinos que fue pescado en las inmediaciones del muelle de la planta de TEPCO a finales de diciembre de 2012; contenía una cantidad de cesio radiactivo de 254.000 becquerelios por kilogramo, es decir, una cantidad 2.540 veces superior al límite para alimentos establecido por el Gobierno y supone la mayor radiactividad hallada en un ser vivo desde el accidente de la central nuclear de Fukushima en marzo de 2011.
El récord de radiactividad anterior lo tenía un pez con 25.800 becquerelios encontrado en las aguas de Minamisoma, en la prefectura de Fukushima, en agosto del año pasado.