El Partido Comunista chino ha nombrado hoy a quien será su nuevo secretario general, Xi Jinping. Desde que el día 8 de noviembre comenzará el 18º Congreso del PCch, los rumores sobre quién tomaría las riendas de China corrían como la pólvora. Finalmente, hoy se ha anunciado que Xi Jinping, un ingeniero químico de 59 años, uno de los mandatarios más jóvenes que ha conocido el PCch, con un doctorado en teoría marxista será quien lleve el control del partido como sustituto del antiguo secretario Hu Jintao. Comienza aquí el largo
camino hacia la presidencia del país oriental.
Durante la primera intervención de Jinping como secretario general, la corrupción ha sido el tema central. Casi 20 minutos ha durado el acto y Jinping ha actuado como un experto orador que es, no como su predecesor. “Bajo las nuevas condiciones, nuestro partido se enfrenta a muchos desafíos difíciles, y hay también muchos problemas urgentes en el partido que resolver, en particular la corrupción, estar separados de la gente y seguir las formalidades y la burocracia causada por algunos funcionarios del partido”, ha afirmado Xi Jinping. La corrupción es uno de los temas que más preocupa a la sociedad China y amenaza con acabar con el régimen del partido: “Si no somos capaces de gestionar bien este problema, podría ser fatal para el partido y causar incluso el derrumbe del partido y la caída del Estado”, ha dicho
claramente Jinping.
Los 1.300 millones de ciudadanos chinos no han tenido oportunidad de elegir a su líder. El sistema político chino sigue siendo un circuito cerrado que no cuenta apenas con la voz del pueblo. El nuevo secretario general parece cauto y es descendiente de altos líderes del PCch. Sin embargo, se le fue negada la entrada al partido en 9 ocasiones. Xi Jinping se ha hecho con el control de la potencia mundial más fuerte del mundo, aunque no se sabe si su pueblo lo apoya o no.
Si (
No(
