Greenpeace ha publicado un informe alarmante que revela que más del 70% de las capitales españolas carecen de redes de refugios climáticos, esenciales para proteger a la población del calor extremo. Solo 16 de las 52 capitales cuentan con refugios públicos, y varias comunidades autónomas, como Extremadura y Galicia, no tienen ninguno. Los horarios de apertura y la adecuación de estos espacios son deficiencias críticas que limitan su eficacia. Con más de 1800 muertes atribuidas al calor en el verano actual, Greenpeace exige medidas urgentes para garantizar la protección de las personas vulnerables y transformar los municipios en entornos resilientes frente al cambio climático.
Un reciente estudio de Greenpeace ha revelado que solo 16 de las 52 capitales españolas cuentan con una red de refugios climáticos públicos, lo que pone en evidencia la falta de preparación ante el calor extremo. Regiones como Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria, Asturias, Galicia, Canarias y Baleares no tienen ningún refugio habilitado en sus respectivas capitales.
La investigación destaca que los horarios de apertura son una de las principales deficiencias que impiden la efectividad de estos espacios. Para que los refugios climáticos cumplan su función protectora, es crucial que estén disponibles durante las horas más calurosas del día. Además, se requiere una adecuada adecuación de los espacios para garantizar su utilidad.
En un verano marcado por más de 1800 muertes por calor extremo, solo el 30% de las capitales dispone de refugios climáticos. Este alarmante dato proviene del informe titulado Ciudades al rojo vivo: refugios climáticos y desprotección frente al calor extremo en España, donde Greenpeace advierte sobre la escasez de estos espacios y las carencias que limitan su efectividad.
Los refugios climáticos son considerados como medidas rápidas y eficaces para proteger a las personas vulnerables del calor intenso. Sin embargo, la organización señala que más del 70% de las capitales carecen completamente de ellos y ninguna cumple con todos los requisitos necesarios para ofrecer una protección real.
Las ciudades con mayor número de refugios incluyen Barcelona (401), Bilbao (131) y Murcia (94). En contraste, Sevilla apenas cuenta con cinco, mientras que otras como Córdoba y Valencia tienen cifras similares. Al analizar el ratio de habitantes por refugio, Donosti se posiciona como la mejor con un refugio cada 2100 habitantes, mientras que Sevilla presenta un preocupante ratio de uno por cada 137400 ciudadanos.
Siete comunidades autónomas carecen completamente de refugios en sus capitales. Durante la ola de calor del pasado junio, varias ciudades sin refugios enfrentaron alertas rojas sanitarias debido a las altas temperaturas. Esto resalta la urgencia de implementar soluciones efectivas para mitigar el impacto del calor extremo.
A pesar del número total y el ratio existente, Greenpeace subraya que esto no garantiza la eficacia real de los refugios climáticos. La falta de regulación clara sobre los requisitos mínimos para estos espacios ha llevado a listados inconsistentes entre diferentes ayuntamientos. En todos los casos analizados se detectaron incumplimientos significativos en características fundamentales.
Los horarios son un aspecto crítico que todas las ciudades deben mejorar. Se han encontrado cierres durante horas clave o incluso restricciones estacionales que limitan el acceso a estos lugares vitales. Ante el aumento del calor, es esencial ampliar los horarios operativos especialmente durante periodos críticos.
La gratuidad también es un tema pendiente: muchos espacios analizados no ofrecen acceso libre. Por ejemplo, algunos incluyen instalaciones culturales o deportivas donde se exige pago previo. Asimismo, hay lugares donde se condiciona el acceso a consumir productos, lo cual contradice la premisa fundamental de accesibilidad gratuita.
Aparte, muchas ciudades adolecen de espacios adecuados en términos de capacidad y áreas confortables. Espacios como estaciones o mercados no siempre garantizan zonas adecuadas para descansar o protegerse del sol. La calidad del entorno debe ser prioritaria; deben contar con sombra suficiente y servicios básicos como agua potable.
Las deficiencias actuales en la red española reflejan una baja adaptación a las altas temperaturas. Greenpeace insta a tomar medidas urgentes para transformar los entornos urbanos hacia modelos resilientes y habitables. Entre sus propuestas destacan:
A medida que las olas de calor se convierten en eventos meteorológicos cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, es vital recordar su impacto devastador en salud pública. Las estadísticas recientes indican cerca de 10.000 muertes atribuibles al calor extremo solo en los últimos tres años en España. Las poblaciones más afectadas incluyen ancianos, niños y personas con condiciones preexistentes.
Cifra | Descripción |
---|---|
52 | Total de capitales en España analizadas |
16 | Capitales con red de refugios climáticos públicos |
70% | Porcentaje de capitales que carecen de refugios climáticos |
1800 | Muertes por calor extremo registradas en un verano reciente en España |
Solo 16 de las 52 capitales en España tienen una red de refugios climáticos públicos.
Extremadura, Castilla La Mancha, Cantabria, Asturias, Galicia, Canarias y Baleares no tienen ningún refugio en sus capitales.
Los horarios de apertura son una gran asignatura pendiente; muchos refugios cierran al mediodía, por las tardes o durante los fines de semana, lo que limita su eficacia.
Los refugios climáticos son una medida efectiva a corto plazo para proteger a las personas vulnerables del calor extremo y ayudar a mitigar el impacto del cambio climático en las ciudades.
Las cinco ciudades con mayor número de refugios climáticos son Barcelona (401), Bilbao (131), Murcia (94), Málaga (93) y Donosti (89).
Greenpeace exige acción climática urgente, planes de adaptación que transformen el espacio público y la habilitación de refugios climáticos efectivos que sean gratuitos y accesibles para la población vulnerable.
En un verano reciente, España ha registrado más de 1800 muertes por calor extremo, lo que resalta la urgencia de implementar medidas efectivas para proteger a la población.