Ecologistas en Acción ha denunciado la creciente burbuja de centros de datos en España, advirtiendo que este modelo es insostenible y agrava la crisis climática e hídrica. La organización critica las facilidades otorgadas por los gobiernos a empresas tecnológicas como Amazon y Google, que priorizan la rentabilidad sobre el bienestar social y ambiental. Se estima que el consumo energético de estos centros podría alcanzar hasta el 5,9% del total de electricidad consumida en España para 2030, además de demandar grandes cantidades de agua en regiones ya afectadas por estrés hídrico. Ecologistas en Acción exige una planificación adecuada que respete los límites del planeta y promueva un debate público sobre el impacto de estas infraestructuras.
Ecologistas en Acción ha lanzado una contundente advertencia sobre lo que denomina “la burbuja de los centros de datos”, un fenómeno que, según la organización ecologista, ignora los límites planetarios y contribuye a agravar la crisis climática y hídrica. La entidad denuncia que las facilidades ofrecidas por gobiernos al oligopolio tecnológico desoyen los profundos impactos energéticos, sociales y ambientales derivados de la instalación masiva de estos centros.
La organización exige una planificación que se ajuste a las necesidades reales del planeta, destacando que en los últimos meses han proliferado proyectos de centros de datos en toda España. La ubicación geográfica favorable de la Península Ibérica, junto con el bajo costo del suelo y la electricidad, ha convertido al país en un punto focal para la expansión de gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Meta y Microsoft. Estos conglomerados planean invertir 300.000 millones en infraestructuras relacionadas con la inteligencia artificial (IA) para 2025, sin tener en cuenta el interés general ni los efectos ambientales.
El auge de estos proyectos ha sido respaldado por importantes figuras políticas que prometen facilitar la llegada de estas empresas al territorio español, alimentando expectativas sobre la creación de empleo. Sin embargo, Ecologistas en Acción señala que las oportunidades laborales generadas son significativamente menores a lo anunciado, mientras que los beneficios económicos se concentran en manos de las promotoras. Los problemas asociados a estos centros recaerán sobre toda la ciudadanía.
Consumo energético alarmante
En cuanto al consumo eléctrico, se estima que España alcanzará una potencia entre 300 Mw y 350 Mw a finales de este año. Las proyecciones indican que esta cifra podría quintuplicarse para 2030, alcanzando entre 1.000 y 1.750 Mw. Este aumento implicaría un consumo anual estimado entre 8,8 TWh y 15,33 TWh, representando entre el 3,4% y el 5,9% del total del consumo eléctrico nacional. Esta demanda superaría incluso el consumo eléctrico de varias comunidades autónomas, salvo Andalucía, Cataluña, Madrid y el País Valencià.
Ante esta situación crítica, Ecologistas en Acción subraya la necesidad urgente de reducir el consumo energético en un contexto marcado por la emergencia climática. La promoción desmedida de estos proyectos es considerada una irresponsabilidad que compromete los esfuerzos por lograr una transformación energética sostenible. Además, advierten que el elevado consumo energético podría llevar a ocupar miles de hectáreas del territorio e impulsar aún más el uso de combustibles fósiles y energía nuclear.
Consumo hídrico preocupante
No solo el consumo eléctrico es motivo de preocupación; los centros de datos requieren grandes cantidades de agua para su refrigeración, lo cual es especialmente crítico en regiones ya afectadas por estrés hídrico y riesgo de desertificación. En Talavera de la Reina, se prevé que un centro proyectado consuma hasta 120 litros por segundo—más de la mitad del consumo total si operara a plena capacidad durante todo el año—lo cual representaría aproximadamente un 7% del agua disponible en esa área.
A nivel internacional, casos como el de Meta en los Países Bajos ilustran las complicaciones asociadas: tras enfrentar sequías severas y perder su estatus como “proyecto de importancia nacional”, decidieron cancelar su iniciativa allí. Sin embargo, esta preocupación parece no estar presente entre los responsables políticos españoles donde se estima que para 2030 alrededor del 40% de la población vivirá en zonas con escasez hídrica.
La organización ecologista critica fuertemente el modelo actual basado en un crecimiento exponencial sin límites impuesto por intereses tecnológicos poderosos. Un “negocio energívoro” cuya expansión está impulsada por demandas cada vez mayores debido al almacenamiento masivo de datos y la irrupción acelerada de la inteligencia artificial.
Frente a estas realidades inquietantes y ante las presiones ejercidas por el oligopolio tecnológico sobre la opinión pública y procesos electorales, Ecologistas en Acción hace un llamado urgente a establecer límites claros para estas empresas. Exigen además un debate público donde se discuta qué tipo de tecnología es viable y deseable para asegurar salvaguardas sociales y ambientales adecuadas.
Descripción | Cifra |
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Potencia instalada prevista para finales de 2023 (MW) | 300 - 350 |
Proyección de potencia para 2030 (MW) | 1,000 - 1,750 |
Consumo anual estimado en 2030 (TWh) | 8.8 - 15.33 |
% del total de energía eléctrica consumida en España (en 2030) | 3.4% - 5.9% |
Consumo de agua en Talavera de la Reina (litros por segundo) | 120 |
% del total de agua disponible en Talavera que representará el centro de datos | 7% |
Consumo equivalente a población en Aragón durante julio | 95,000 personas |
Ecologistas en Acción denuncia que la instalación masiva de centros de datos ignora los límites planetarios y agrava la crisis climática e hídrica, además de desoír los impactos energéticos, sociales y ambientales asociados.
Se estima que el consumo eléctrico de los centros de datos podría quintuplicarse para 2030, alcanzando entre 1.000 y 1.750 Mw, lo que representaría entre el 3,4% y el 5,9% del total de energía eléctrica consumida en España.
Los centros de datos demandan grandes cantidades de agua para refrigeración, lo que incrementa la presión sobre regiones ya afectadas por estrés hídrico. Por ejemplo, un centro proyectado en Talavera de la Reina podría consumir más del 7% del agua disponible en esa zona.
La organización exige una planificación acorde con las necesidades reales y límites del planeta, así como un debate público sobre qué tipo de tecnología es posible y deseable, estableciendo salvaguardas sociales y ambientales necesarias.
El modelo actual se basa en criterios de rentabilidad para empresas privadas sin considerar el interés general ni los impactos ambientales. Además, se prevé que el consumo energético asociado a estos centros podría retrasar varios años la neutralidad climática.