Un tratado internacional se está negociando en Ginebra para abordar la creciente crisis de residuos plásticos, que podrían triplicarse para 2060 si no se toman medidas. La reunión, liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), busca un acuerdo vinculante que contemple todo el ciclo de vida del plástico, desde su diseño hasta su eliminación. Expertos advierten sobre los graves impactos en la salud y el medio ambiente, señalando que los plásticos son responsables de pérdidas económicas significativas y enfermedades en todas las etapas de la vida humana. La reunión incluye a delegaciones de 179 países y más de 1900 participantes, con el objetivo de compartir soluciones efectivas para reducir el uso de plásticos.
La sede de la ONU en Ginebra se ha convertido en el epicentro de un esfuerzo global por abordar la creciente crisis de los residuos plásticos. En este contexto, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha emitido una grave advertencia: a menos que se establezca un acuerdo internacional, la cantidad de residuos plásticos podría triplicarse para 2060, lo que generaría un impacto devastador tanto en el medio ambiente como en la salud humana.
Las discusiones, impulsadas por el PNUMA, siguen a una decisión tomada en 2022 por los Estados miembros para desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante que aborde la crisis de contaminación plástica, incluyendo su efecto en los ecosistemas marinos, con un plazo establecido de dos años para su finalización.
El problema es monumental: artículos como popotes, vasos desechables, bolsas de plástico y cosméticos que contienen microesferas son solo algunos ejemplos de productos de uso único que terminan contaminando océanos y vertederos. Los defensores del tratado lo comparan con el Acuerdo de París, subrayando la presión que ejercen los petroestados sobre este instrumento debido a su dependencia del petróleo y gas natural como materia prima para la producción plástica.
“No podemos confiar únicamente en el reciclaje para resolver la crisis de contaminación por plásticos; se requiere una transformación sistémica para avanzar hacia una economía circular”, afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. Esta declaración resalta la necesidad urgente de cambiar cómo diseñamos, producimos y gestionamos los plásticos.
El acuerdo propuesto busca abarcar todo el ciclo de vida del plástico, desde su diseño hasta su eliminación final. El objetivo es “promover la circularidad de los plásticos y evitar su fuga al medio ambiente”, según el texto que guía las conversaciones del Comité Intergubernamental de Negociación en Ginebra.
Con un documento extenso que abarca 22 páginas y contiene 32 borradores de artículos, las delegaciones debatirán cada línea durante las negociaciones. Este texto servirá como base fundamental para dar forma al futuro acuerdo internacional.
Del 5 al 14 de agosto, representantes de 179 países se reunirán en Ginebra junto a más de 1900 participantes provenientes de 618 organizaciones observadoras, científicos, ambientalistas y miembros del sector industrial. Un objetivo primordial será compartir métodos efectivos para reducir el uso del plástico, incluyendo alternativas sin plástico más seguras.
A medida que se acercan las negociaciones, la revista médica The Lancet ha publicado una alarmante advertencia sobre los efectos nocivos asociados a los materiales plásticos. Según expertos citados en la publicación, estos materiales causan enfermedades generalizadas “en todas las etapas del ciclo de vida del plástico y en todas las etapas de la vida humana”, siendo especialmente vulnerables los bebés y niños pequeños.
Los especialistas advierten que los plásticos representan un riesgo significativo y creciente tanto para la salud humana como para el planeta. Además, se estima que están relacionados con pérdidas económicas anuales superiores a 1.5 billones de dólares. Jyoti Mathur-Filipp, secretaria ejecutiva del Comité Intergubernamental sobre Contaminación Plástica, lidera estas cruciales conversaciones en Ginebra.
"Se proyecta que solo en 2024 se consumirán más de 500 millones de toneladas de plástico; lamentablemente, 399 millones terminarán convirtiéndose en residuos", comentó Mathur-Filipp. Las proyecciones actuales sugieren que las fugas plásticas al medio ambiente aumentarán un 50% para 2040, con costos acumulativos por daños ambientales que podrían alcanzar hasta 281 billones de dólares entre 2016 y 2040.
Cifra | Descripción |
---|---|
2060 | Los residuos plásticos se triplicarán para este año. |
500 millones de toneladas | Consumo estimado de plástico en 2024. |
399 millones de toneladas | Cantidad que se convertirá en residuos en 2024. |
50% | Aumento proyectado en las fugas de plástico al medio ambiente para 2040. |
281 billones de dólares | Costo acumulado por daños causados por contaminación plástica entre 2016 y 2040. |
Se estima que, a menos que se firme un acuerdo internacional, los residuos plásticos se triplicarán para 2060, causando daños significativos al planeta y a la salud humana.
El tratado busca abordar la crisis de la contaminación plástica mediante un instrumento internacional jurídicamente vinculante que abarque todo el ciclo de vida de los plásticos, desde su diseño hasta su eliminación.
Los defensores del tratado lo comparan con el Acuerdo de París debido a su potencial impacto global en la reducción de la contaminación por plásticos y su importancia para la salud y el medio ambiente.
La contaminación por plásticos representa un peligro creciente para la salud humana, causando enfermedades en todas las etapas del ciclo de vida del plástico. Los bebés y niños pequeños son particularmente vulnerables.
Se prevé que las fugas de plástico al medio ambiente aumenten un 50% para 2040, con costos económicos relacionados con la salud que podrían superar los 1.5 billones de dólares anuales.
Hasta la fecha, se han celebrado cinco sesiones de negociación para un tratado sobre plásticos, comenzando en Uruguay en noviembre de 2022 y continuando en varios otros países hasta llegar a Ginebra.