Un estudio liderado por el investigador Rafael Casuso Pérez de la Universidad Loyola cuestiona creencias fundamentales sobre los efectos del ejercicio en la fisiología humana, específicamente el papel de la hipoxia en las adaptaciones musculares. Publicado en el American Journal of Physiology, el análisis de 21 estudios revela que no hay una relación clara entre el aumento de los niveles de HIF tras el ejercicio y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Esta investigación sugiere la necesidad de revisar metodologías para entender mejor cómo el ejercicio influye en la salud muscular y puede ayudar a desarrollar estrategias personalizadas para combatir enfermedades metabólicas. Para más información, visita el enlace.
Un reciente estudio liderado por el investigador Rafael Casuso Pérez, del departamento de Ciencias de la Salud y Biomédicas de la Universidad Loyola, ha puesto en tela de juicio una de las creencias más arraigadas en la Fisiología del ejercicio: el impacto de la hipoxia, o insuficiencia de oxígeno en sangre, células y tejidos, en las adaptaciones musculares al entrenamiento.
El trabajo, publicado en la revista científica American Journal of Physiology – Cell Physiology, lleva por título Effect of hypoxia-inducible factor 1 on vascular endothelial growth factor expression in exercised human skeletal muscle: a systematic review and meta-analysis, y fue realizado en colaboración con Jerónimo Aragón-Vela, de la Universidad de Jaén.
Para llevar a cabo este análisis, se revisaron un total de 21 estudios previos que exploraron cómo responde una proteína conocida como factor inducible por hipoxia (HIF) al ejercicio, involucrando a 235 sujetos sanos. Los estudios seleccionados debían haber medido los niveles de esta proteína en el músculo antes y después del ejercicio.
Tradicionalmente, la hipoxia muscular había sido asociada con la angiogénesis, un proceso que permite el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y que se considera una adaptación positiva al ejercicio. Esta hipótesis fue reforzada por los avances que llevaron a otorgar el Premio Nobel de Medicina en 2019, sugiriendo que la hipoxia inducida por el ejercicio activa respuestas celulares que favorecen dicha formación vascular.
Según esta teoría, durante el ejercicio los músculos requieren más oxígeno y pueden experimentar un estado temporal de hipoxia. Se creía que este entorno con bajo oxígeno activaba directamente HIF-1?, facilitando beneficios como el crecimiento vascular.
No obstante, el estudio dirigido por Casuso revela que no hay evidencia clara que vincule el aumento de HIF tras el ejercicio con un incremento en los factores responsables de la formación de vasos sanguíneos. Esto sugiere que las adaptaciones musculares mediadas por esta proteína aún no están completamente comprendidas.
A raíz de estos hallazgos, Casuso propone un cambio en la metodología utilizada en investigaciones futuras para entender mejor cómo influye HIF en las adaptaciones musculares beneficiosas como la angiogénesis. En su artículo se señala que un tercio de la población mundial lleva un estilo de vida sedentario, lo cual incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas asociadas a la obesidad, como diabetes y problemas cardiovasculares.
Dada esta realidad, es vital considerar el ejercicio físico como una estrategia tanto preventiva como terapéutica. Por ello, investigar los mecanismos moleculares desencadenados por el ejercicio podría contribuir al desarrollo de enfoques personalizados para mejorar la actividad física y profundizar nuestra comprensión sobre la fisiopatología relacionada con diversas enfermedades.
Acerca del Investigador
Rafael Casuso Pérez, investigador en la Universidad Loyola y miembro del grupo Improving Physical Education, Performance and Health, cuenta con más de 40 publicaciones centradas en ejercicio físico, función muscular y rendimiento deportivo. Actualmente recibe apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Cabe destacar que es doctor por la Universidad de Jaén, donde presentó su tesis titulada Quercetina y entrenamiento. Análisis del estrés oxidativo y la biogénesis mitocondrial en tejidos con diferente actividad metabólica.
El estudio fue liderado por el investigador Rafael Casuso Pérez, del departamento de Ciencias de la Salud y Biomédicas de la Universidad Loyola.
El estudio cuestiona la creencia popular sobre el papel de la hipoxia en las adaptaciones musculares al ejercicio, analizando si existe una relación clara entre el aumento de los niveles de HIF tras el ejercicio y la angiogénesis.
Se analizaron 21 estudios previos que examinaron la respuesta al ejercicio de la proteína HIF en un total de 235 sujetos sanos, midiendo los niveles de esta proteína antes y después del ejercicio.
El estudio concluyó que no hay una relación clara entre el aumento de HIF tras el ejercicio y los factores que inducen la formación de vasos sanguíneos, sugiriendo que las adaptaciones musculares inducidas por HIF son desconocidas actualmente.
Investigar estos mecanismos puede contribuir al desarrollo de estrategias personalizadas para la actividad física y mejorar nuestra comprensión de las enfermedades metabólicas asociadas con un estilo de vida sedentario.