Las principales organizaciones ecologistas de España, incluyendo Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF, han expresado su firme rechazo a la prolongación de la central nuclear de Almaraz hasta 2030. Alertan que esta decisión podría extender la vida útil de todo el parque nuclear español, lo que contradice los esfuerzos por una transición energética sostenible. Las organizaciones instan al Gobierno a desestimar las presiones políticas y empresariales para mantener operativas las centrales nucleares, argumentando que la energía nuclear es costosa, peligrosa y dependiente de combustibles importados. En cambio, destacan el potencial de las energías renovables en la península ibérica como una alternativa viable y necesaria para asegurar la soberanía energética y un futuro más limpio.
Las principales organizaciones ecologistas de España han expresado su firme oposición a la prolongación de la vida útil de la central nuclear de Almaraz hasta el año 2030. Esta decisión, advierten, podría marcar el inicio de un alargamiento en la vida del parque nuclear español en su totalidad.
Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han instado al Gobierno a resistir las presiones ejercidas por empresas y partidos políticos, como el Partido Popular (PP), que ha propuesto una enmienda dentro de la Ley de Movilidad Sostenible para mantener operativos los reactores nucleares.
Las organizaciones subrayan que la energía nuclear es costosa, peligrosa y dependiente de combustibles importados, lo que contradice los principios de soberanía energética y una transición justa centrada en las necesidades ciudadanas. En este sentido, destacan que la península ibérica cuenta con recursos renovables abundantes y distribuidos, lo cual facilitaría el desarrollo de un sistema energético basado completamente en energías limpias.
El rechazo a cualquier prórroga del cierre de las centrales nucleares se fundamenta en datos económicos que evidencian que la energía nuclear no puede competir con los precios bajos de las energías eólica y solar. Por ejemplo, durante 2024, Almaraz I estuvo inactiva durante 16 días y Cofrentes durante 26 días debido a razones económicas.
La continuidad operativa de los reactores nucleares plantea un marco energético inconsistente que podría obstaculizar nuevas inversiones en energías renovables y almacenamiento. Además, se señala que cada año adicional de operación incrementa el legado radiactivo y los costos asociados a la gestión de residuos nucleares.
Las organizaciones ecologistas también alertan sobre el impacto económico del alargamiento del funcionamiento nuclear. La prolongación más allá de los 40 años implica aceptar riesgos crecientes y requerir inversiones millonarias. Por ejemplo, se estima que extender dos reactores belgas equivalentes a Almaraz costará hasta 2.500 millones de euros.
Ante esta situación, las cinco organizaciones han hecho un llamado claro al Gobierno español para que mantenga el plan actual de cierre ordenado de las centrales nucleares. Argumentan que permitir una extensión del calendario significaría desvirtuar el séptimo Plan Nacional de Residuos Radiactivos, ya que implicaría un gran esfuerzo industrial y económico para desmantelar cuatro reactores en 2030.
Finalmente, enfatizan que la energía nuclear representa un modelo centralizado y dependiente, lo cual compromete seriamente la soberanía energética del país. Concluyen afirmando que España tiene todo lo necesario para avanzar hacia un sistema energético sostenible basado exclusivamente en fuentes renovables.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 2030 | Año hasta el cual se propone la prolongación de Almaraz. |
| 2,500 millones de euros | Costo estimado para la prolongación por 10 años de dos reactores belgas comparables a Almaraz. |
| 200 millones de euros | Costo de renovación de Garoña, que es menos de la mitad de potente que Almaraz. |
| 16 días y 26 días | Días que Almaraz I y Cofrentes pararon en 2024 por razones económicas. |
Las organizaciones que han expresado su rechazo son Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF.
La principal preocupación es que esta prolongación conllevaría el alargamiento de vida de todo el parque nuclear en España, lo que podría obstaculizar la transición hacia energías renovables.
Argumentan que la energía nuclear es lenta, cara, peligrosa y dependiente de combustibles importados, lo que va en contra de un modelo energético sostenible y justo.
Se señala que la continuidad de los reactores nucleares podría bloquear nuevas inversiones en energías renovables y almacenamiento, afectando negativamente la descarbonización del sistema energético.
El incumplimiento convertiría en papel mojado el 7º Plan Nacional de Residuos Radiactivos y supondría un gran esfuerzo industrial y económico para desmantelar cuatro reactores en 2030.
Porque es una tecnología centralizada y dependiente de la importación de combustibles, lo que aleja a España de un modelo energético basado en recursos renovables locales.