El número de aves muertas por electrocución en Baena sigue en aumento, con cuatro cigüeñas blancas recientes entre las víctimas. Desde 2001, GRODEN-Ecologistas en Acción ha documentado más de cuarenta casos de aves electrocutadas debido a la proliferación de tendidos eléctricos sin medidas de protección adecuadas. Las especies más afectadas incluyen el Búho real y el Buitre leonado. La expansión del olivar de regadío ha creado una red peligrosa para las aves, que utilizan estos postes como posaderos. A pesar de la existencia de regulaciones para proteger la avifauna, su aplicación es limitada y no se extiende a todo el territorio español. Se requiere una revisión urgente de estas normativas y acción por parte de las compañías eléctricas para mitigar este problema ambiental.
Cuatro cigüeñas blancas han sido las últimas víctimas de electrocución en el término de Baena, elevando a más de cuarenta el número total de aves electrocutadas registradas por GRODEN-Ecologistas en Acción.
Desde que esta organización comenzó a documentar estos trágicos incidentes en 2001, el número de aves encontradas muertas debido a la interacción con tendidos eléctricos ha ido en aumento. Las recientes muertes se han producido en el paraje del Barranco Hondo, cerca de la vega del río Marbella. Este incremento se atribuye principalmente a la expansión de los tendidos eléctricos en áreas rurales, donde no se han implementado medidas adecuadas para prevenir colisiones y electrocuciones.
A pesar de que la cifra puede parecer baja, representa solo una pequeña parte de una mortalidad mucho más extensa que permanece oculta. Los voluntarios ecologistas realizan un trabajo arduo y altruista, inspeccionando postes y líneas eléctricas, muchas veces guiados por avisos de ciudadanos. En años recientes, sus esfuerzos se han concentrado en zonas específicas como la vega del río Guadajoz y Marbella, áreas cruciales para numerosas aves migratorias que utilizan estos espacios como corredores ecológicos. Entre las especies más afectadas se encuentran el Búho real, Águila culebrera, Cigüeña blanca y Buitre leonado.
La electrificación del medio rural, impulsada por la expansión del olivar de regadío en Baena, ha creado una auténtica “tela de araña” de líneas eléctricas que representan un peligro mortal para las aves. Aunque los nuevos tendidos eléctricos deberían cumplir con el Decreto andaluz 178/2006 y otras normativas relacionadas con la protección avifaunística, la realidad es que muchos aún no lo hacen. Esto se agrava con la construcción de grandes líneas eléctricas destinadas a transportar energía generada por proyectos solares.
Las aves suelen utilizar los apoyos eléctricos como lugares para descansar o cazar, lo que aumenta su riesgo durante las épocas críticas de reproducción y migración. Además, muchas aves no logran evitar los cables debido a su comportamiento gregario al volar juntas, lo que incrementa las posibilidades de colisión.
GRODEN-Ecologistas en Acción ha informado sobre estos casos a la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Andalucía, solicitando acciones efectivas para reducir estas muertes. Sin embargo, pocos propietarios privados han realizado modificaciones en sus instalaciones eléctricas pese a ser conscientes del problema. Por otro lado, algunas grandes compañías eléctricas han comenzado a realizar cambios en los apoyos más problemáticos.
A pesar del Real Decreto 1432/2008 sobre medidas para proteger la avifauna contra colisiones y electrocuciones en líneas eléctricas, este solo se aplica en espacios naturales protegidos. Dado que las aves no reconocen límites geográficos o administrativos, es imperativo que el Ministerio de Transición Ecológica revise esta normativa para abarcar todo el territorio español. Asimismo, es fundamental que las empresas eléctricas asuman los costos necesarios para corregir los tendidos eléctricos sin depender exclusivamente de fondos públicos destinados a pequeños propietarios.
Hasta la fecha, GRODEN-Ecologistas en Acción ha registrado más de cuarenta aves electrocutadas desde que comenzaron a recoger datos en 2001. Las últimas cuatro aves encontradas son cigüeñas blancas.
Las especies más afectadas incluyen el Búho real, Águila culebrera, Cigüeña blanca, Cuervo común, Busardo ratonero, Cernícalo común y Buitre leonado.
La electrocución suele ocurrir porque las grandes y medianas aves utilizan los apoyos eléctricos como posaderos y oteaderos. Además, durante las épocas de reproducción y migración, las aves son más vulnerables a estos peligros.
A pesar de que se han puesto en conocimiento de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente los casos de electrocución, muy pocos propietarios han modificado sus instalaciones eléctricas. Se exige que el Ministerio de Transición Ecológica modifique el Real Decreto 1432/2008 para abarcar todo el territorio español.
La electrificación del medio rural ha creado una "tela de araña" de apoyos y líneas eléctricas que se convierten en trampas mortales para las aves, especialmente debido al aumento de proyectos solares y la expansión del olivar de regadío.