La reducción del desperdicio alimentario es crucial para combatir el derroche de recursos como agua, energía y trabajo humano, así como la contaminación de ecosistemas. Actualmente, se desperdicia un cuarto de los alimentos producidos para consumo humano, lo que equivale a 33 kg por persona al año, siendo los hogares los principales responsables. En España, más de 20 millones de toneladas de alimentos se pierden anualmente, generando un impacto significativo en las emisiones de CO2. Para 2030, se prevé que estas emisiones aumenten si no se implementan medidas efectivas. Adoptar un modelo alimentario sostenible podría reducir el desperdicio en un 50% y las emisiones per cápita asociadas en un 96%. Es esencial actuar ahora para lograr un futuro sin desperdicios y mitigar el cambio climático.
El desperdicio de alimentos se ha convertido en un problema alarmante que implica un derroche significativo de recursos esenciales como agua, energía, insumos y mano de obra, además de contribuir a la contaminación de ecosistemas. Actualmente, se estima que se desperdicia un cuarto de los alimentos destinados al consumo humano, lo que equivale a aproximadamente 33 kg de alimentos por persona al año, siendo los hogares responsables del mayor porcentaje de estas pérdidas.
Entre 1961 y 2011, el promedio global de desperdicio y pérdida de alimentos (DPA) aumentó un 44%, alcanzando actualmente entre el 25% y el 30% de los alimentos producidos a nivel mundial. Este fenómeno no solo afecta la economía, sino que también tiene repercusiones ambientales significativas.
Las emisiones generadas por este desperdicio representan alrededor del 20% de las emisiones totales asociadas al consumo en España, lo que equivale a 21,4 Mt de CO2eq. Estas emisiones están principalmente vinculadas a productos cárnicos, aceites y productos pesqueros. El impacto climático del desperdicio es doble: incluye las emisiones generadas durante la producción de alimentos no consumidos y las que se producen al gestionar esos desechos.
En territorio español, más de 20 millones de toneladas (Mt) de alimentos son desechados cada año, destacando cereales y vegetales. En promedio, cada individuo desperdicia más de 12 kilos de vegetales y más de 10 kilos de fruta anualmente. El mayor volumen de desperdicio proviene del ámbito doméstico (1.337 miles de toneladas), seguido por el procesamiento industrial (389 miles de toneladas).
La pérdida y el desperdicio alimentario generan no solo emisiones contaminantes sino también una grave afectación a los ecosistemas debido a la producción innecesaria de alimentos que terminan en la basura.
Aproximadamente para 2030, si se mantiene el modelo actual, las emisiones relacionadas con el desperdicio podrían alcanzar 23 millones de toneladas de CO2eq, representando el 20% total y un aumento del 7% respecto al escenario actual. La carne y otros productos animales son responsables del incremento del 18% en las emisiones derivadas del desperdicio alimentario.
Bajo un nuevo modelo propuesto, se busca:
->Reducir el desperdicio en alimentos frescos del actual 25% al 14%.
->A menos desperdicios, menos emisiones. Este enfoque sostenible podría reducir hasta un 96% las emisiones per cápita asociadas al desperdicio alimentario gracias a una reducción significativa en la cantidad total desechada y una menor huella de carbono.
+50 % representa la meta para reducir el desperdicio alimentario.
-96 % es la expectativa respecto a las emisiones per cápita relacionadas con dicho desperdicio.
Cifra | Descripción |
---|---|
33 kg | Alimentos desperdiciados por persona al año |
25-30% | Porcentaje de alimentos producidos a nivel mundial que se desperdician |
20% | Emisiones totales del consumo en España provenientes del desperdicio alimentario |
20 millones de toneladas | Alimentos desperdiciados al año en España |
12 kg y más de 10 kg | Kilos de vegetales y frutas desperdiciados por persona al año, respectivamente |
23 millones de toneladas | Proyección para 2030 sobre emisiones asociadas al desperdicio alimentario |
Actualmente, se desperdician un cuarto de los alimentos producidos para consumo humano, lo que equivale a 33 kg de alimentos por persona al año.
El desperdicio de alimentos supone el 20% de las emisiones totales del consumo en España, alcanzando 21,4 Mt de CO2eq, principalmente vinculadas a productos cárnicos, aceites y productos pesqueros.
En España, el mayor desperdicio se da en los hogares, con 1.337 miles de toneladas de alimentos desperdiciados al año.
Se estima que para 2030, las emisiones asociadas al desperdicio supondrán 23 millones de toneladas de CO2eq, representando el 20% de las emisiones totales y un 7% adicional respecto al escenario actual.
Se propone reducir el desperdicio de alimentos frescos del 25% actual al 14%, lo que también contribuiría a disminuir significativamente las emisiones per cápita asociadas al desperdicio.