Las incineradoras e instalaciones de gas de vertedero proyectadas violan las directrices de la Directiva Marco de Residuos, la de Incineración de Residuos y la de Vertederos, aumentando la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero y compiten con el reciclaje y el compostaje.
A pesar de que no son “limpios”, estos proyectos reciben créditos europeos de carbono de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), que luego compran las empresas europeas que optan por no reducir sus propias emisiones.
Según el informe “El doble rasero de la UE en residuos y política climática” de GAIA, los proyectos que reciben apoyo de la UE incluyen: incineradoras que carecen de controles adecuados de contaminación, que llegan a emitir más de 10 veces las dioxinas mortales que pueden emitir en la UE, o que queman residuos sin restricciones o control, es decir, sin priorizar el reciclaje o reutilización de materias útiles y vertederos que aumentan de forma deliberada mediante el enterramiento de materia orgánica fermentable, las emisiones de gases de efecto invernadero para obtener créditos por la disminución y captura de las que ellos mismos han provocado.
Esto es un escándalo, señala Ecologistas en Acción. Reino Unido, Francia, España o los Países Bajos están financiando proyectos y luego se permite la compra de créditos de carbono de actividades que no se permitirían en la UE. Y para colmo esta política amenaza con convertirse en un bochorno para la Unión Europea en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible previa a la cumbre Río+20 que se celebrará en junio.
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