Su piel es un “no atrayente” de moscas

Su piel es un “no atrayente” de moscas

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Un estudio recién publicado en la revista “Journal of Experimental Biology” concluye que las características franjas blancas y negras de las cebras sirven para no llamar la atención de los tábanos debido a la forma en la que reflejan la luz.

Su piel es un “no atrayente” de moscas

Susanne Akesson de la Universidad de Lund en Suecia y miembro del equipo internacional de investigadores que realizó el estudio, explicó a la BBC que al estudiar la piel de caballos negros, marrones y blancos se observaban distintos efectos en la reflexión de la luz, de forma que la luz reflejada por los de piel oscura era luz polarizada horizontalmente, lo que es muy llamativo para las moscas chupadoras de sangre.

De esta forma, un tábano hambriento se vería profundamente llamado a atacar a un caballo de piel negra o marrón ya que al rebotar la luz sobre su piel, viaja en forma de ondas hasta sus ojos en un plano horizontal, incitándola a acercarse a estos animales.

Sin embargo, la reflexión de la luz sobre la piel de caballos blancos da lugar a una luz que no está polarizada y se propaga a lo largo de cualquier tipo de plano, lo que les hace menos atractivos a ojos de estos dípteros y por ello sufren menos el ataque de estas moscas.

Una vez descubierto esto, los investigadores se centraron en ver cómo la piel rayada de las cebras reflejaba la luz y que comportamiento provocaban en los tábanos. Empezaron primero sobre tablones de colores blanco, negro y pintadas a franjas blancas y negras de distintas dimensiones.
Así descubrieron que los tábanos no sentían prácticamente ninguna atracción por los tablones pintados con franjas estrechas, que es el modelo que utilizan las distintas especies de cebra, de tal forma que fueron las que menos moscas atrajeron.

De hecho, el resultado fue incluso mejor que el de las pizarras blancas que reflejaban luz no polarizada, lo cual fue una sorpresa porque su diseño cuenta con zonas oscuras que reflejan luz polarizada horizontal y por tanto deberían llamar la atención a las moscas chupadoras de sangre, comentó la investigadora.

Ello les lleva a concluir que la distribución de las franjas blancas y negras de las cebras ha evolucionado para ser lo suficientemente estrechas como para ser lo menos llamativas posibles a ojos de los tábanos.

De esta forma “resuelven” el misterio sobre el origen del tradicional traje de rayas negras y blancas de las cebras, cuyo origen ha sido debatido durante décadas entre los científicos y aunque reconocen que existen otros posibles factores que expliquen las rayas de la cebra.

Por lo que su traje, sigue teniendo luces y sombras, aunque ahora sabemos más.

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