Una investigación liderada por el neurobiólogo Shani Gestein en Israel y publicada en Science en 2011 revela que las lágrimas producidas por las mujeres contienen sustancias químicas que afectan al comportamiento de los varones, pudiendo producirles una reducción de la libido.
Para llegar a esta conclusión se tomó un pequeño grupo de hombres y se les pidió que olieran alternativamente lágrimas femeninas o una solución salina, sin que los hombres fueran capaces de descubrir la diferencia entre ambas.
Después tomaron lágrimas de mujeres que habían llorado viendo alguna película dramática y se las dieron a oler a algunos varones, adhiriéndoles una tira bajo la nariz, mientras que al resto les adhirieron tiras con solución salina. Ambos grupos tenían los ojos vendados.
Siguieron sin establecer diferencias entre ambas soluciones. La diferencia surgió al pedir a ambos grupos que definieran el grado de atracción sexual que sentían al ver fotografías de rostros femeninos. ¡Los que habían olido lagrimas de tristeza femenina tendían a verlas menos atractivas! ¡No habían sido capaces de diferenciar los líquidos, pero sus cerebros sí!!
Para comprobarlo se analizó el nivel de excitación física en la testosterona de la saliva de los hombres y se vio como los hombres expuestos a las lagrimas tenían un nivel más reducido de testosterona que los que olieron la solución salina.
No contentos todavía con el resultado, se monitorizaron a los hombres expuestos a las lágrimas mientras veían una película. Aquellos que se expusieron a las lágrimas femeninas y que vieron una película triste mostraban en sus resonancias magnéticas una menor actividad en las partes asociadas al deseo sexual. ¡Verificado!
Las lágrimas son un líquido muy complejo que contiene proteínas, enzimas, lípidos, metabolitos o electrolitos, entre otras sustancias.
Hasta ahora sabíamos cual era la función de las lágrimas basales (limpiar y lubricar el ojo), pero no se sabía cuál era la utilidad biológica de las lágrimas emocionales que contienen más hormonas, como prolactina y leucina. A la luz de este estudio, parece ser que las lágrimas emocionales femeninas podrían disminuir el apetito sexual de los varones, sin que ellos lo sepan o puede que incluso sin ver a ninguna mujer o sin saber lo que están oliendo.
Así que de nada sirve decir que se ha metido algo en el ojo, porque su cerebro sabrá la verdad.
Ahora es el turno de descubrir si las lagrimas del hombre tienen los mismos efectos o distintos, lo que parece innegable es que seguramente también tengan algún mensaje químico.
Si (
No(
