La organización conservacionista ha calificado a los trabajadores de este gremio de la "primera línea de defensa" de la conservación y los "mayores protectores" de los "tesoros naturales" de la Tierra y ha lamentado las "difíciles condiciones" en las que trabajan, poniendo "en riesgo" en ocasiones su propia vida.
Asimismo, su labor no se limita a "denunciar" o "imponer castigos", sino que se extiende a "informar, prevenir, concienciar y mejorar el conocimiento de la biodiversidad", a juicio de WWF, cuyo responsable del Programa de Especies, Luis Suárez, añade que "son verdaderamente nuestros brazos, ojos y oídos sobre el terreno".
Entre las contribuciones de los guardabosques a la conservación, la organización destaca el seguimiento de especies, con casos como el los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, Diego Rodríguez y Enrique Guerrero, que desde hace dos años proporcionan información sobre la reproducción de un ejemplar de alimoche en la comarca de Covarrubias (Burgos).
En esa línea, los guardabosques también constituyen según WWF "grandes aliados" en la conservación de especies de anfibios como la ranita de San Antonio, que ha sido recuperada cerca de Cardoso de la Sierra (Guadalajara) gracias a una charca que fue habilitada siguiendo las recomendaciones del agente medioambiental de Castilla-La Mancha, Diego Galán.
Además, la organización conservacionista agradece el "papel importantísimo" de los guardabosques a la hora de localizar un incendio, coordinar su extinción durante sus primeras fases y asistir a los agentes del Seprona de la Guardia Civil en la investigación del origen de cada fuego.
En este sentido, subraya la contribución de agentes del Parque Regional del Sureste de Madrid en la recuperación del espacio de Soto de las Juntas (Madrid), uno de los proyectos de restauración forestal que se distribuyen por toda España y en los que es "muy importante" contar con los "conocimientos y la experiencia" de los guardabosques para identificar la "zona idónea".
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