La fundación hace dos preguntas: ¿tienes un dispositivo Android?¿Tiene menos de tres años?. Si la respuesta es afirmativa a las dos preguntas lo más probable es que, aunque tengas el móvil con la pantalla apagada y desconectado de una red Wi-Fi, el teléfono esté retransmitiendo todo tu historial de conexión a cualquiera en el rango que alcance el Wi-Fi (y que pueda leerlo).
Se trata del registro que guarda el móvil de las redes Wi-Fi que ha utlizado. No es información sensible como contraseñas o nombres de usuarios, tampoco son los datos de las páginas que visitas con el explorador móvil.
La EFF apunta que estos datos pueden ser incluso más peligrosos, porque “denota claramente los lugares en que usted ha pasado tiempo suficiente para utilizar la conexión Wi-Fi gratuita”.
La fundación explica que normalmente los cibercriminales deben esforzarse un poco para extraer este tipo de información. “Para nuestra consternación, descubrimos que muchos de los teléfonos Android modernos que probamos, filtraron los nombres de las redes almacenadas en su configuración (hasta un límite de quince). Y cuando nos fijamos en estas listas de redes, nos dimos cuenta de que en realidad eran historias de ubicación peligrosamente precisas”, explican a través de su página web.