Mientras Vettel continúa imparable, el asturiano se enfrentaba a una carrera complicada, en la que logró remontar desde la décima plaza y pasó a ocho coches, aunque su cuello quedó resentido tras soportar 28G en un choque.
Alonso terminó la carrera resentido, con la mano en la espalda, pero esto no le impidió ir a saludar a dos jugadores de su Madrid, Raúl y Míchel Salgado.
Poco le duró la ilusión, pues momentos después tuvo que ir al hospital, por protocolo de la FIA, para una revisión.
El asturiano soportó 28G en un choque, lo que el coche automáticamente interpreta bajo una luz roja como que el piloto debe acudir al hospital, cosa que no hizo hasta terminar la carrera.
Todo ocurrió cuando Alonso se disponía a salir de boxes tras su segunda parada, cuando se encontró con Vergne y Massa. Al salir, el francés no vio al asturiano y éste tuvo que salirse de la pista. Al salirse entró en los pianos, los que saltó y soportó de forma milagrosa.
Mientras, Vettel se hacía con su undécima victoria del año, la séptima consecutiva, y es que desde el comienzo se puso primero en la primera curva y, desde ese momento, lideró la cabeza sin más esfuerzo que mirar por el retrovisor a sus rivales, que no lograban darle alcance, a pesar de un fuerte Alonso, que tras el choque y con un coche que no estaba a la altura de las circunstancias, lograba remontar posiciones viendo cada vez más de cerca al alemán a la cabeza.
No es por hacer de menos al resto, pero el asturiano destacó y sacó coraje, enfrentándose a ocho adelantamientos y con 28G en su espalda, lo que no mermó sus expectativas, quedando en una inmerecida quinta posición.
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