La Organización Colegial Naturopática aboga por “el modelo alemán”, que a su criterio, “protege la naturopatía y reconoce el derecho de cualquier persona a elegir la profesión que desea”.
La vicepresidenta de la Fundación Alemana de Naturopatía (FDH), Ursula Hilpert Mühlig, establece que los requisitos para ser naturópata en el país germano se basan en “ser mayor de 25 años, haber superado la educación secundaria, no tener antecedentes penales y aprobar la prueba que realiza el gobierno para ejercer como tal”.
El hecho de reconocer esta profesión supone que “tanto profesionales como pacientes no tienen que elegir entre cada uno de los métodos que engloba la naturopatía porque todos están incluidos en este nombre”.
Sin embargo, aunque los naturópatas pueden “diagnosticar, realizar terapia y recomendar, no pueden prescribir medicamentos que van con recetas y tampoco pueden tratar enfermedades de los dientes, microbios patógenos o enfermedades infecciosas”.
La regulación de la profesión permitiría “la libre circulación por los países de la Unión Europea, con el reconocimiento mutuo de títulos, diplomas, certificados y acreditaciones”, además “evitaría el conflicto” existente con otras profesiones.
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