El Artic Sunrise detenido y bajo custodia rusa

El Artic Sunrise detenido y bajo custodia rusa

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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La tripulación del rompehielos de Greenpeace Internacional Arctic Sunrise sigue bajo la custodia de las autoridades rusas, después de que el barco fuera abordado por guardias armados el jueves a las 17.00 horas mientras se encontraba en aguas internacionales.

A lo largo de estas horas, Greenpeace no ha tenido ningún contacto con el barco que, al parecer, se dirige hacia el Este, en dirección al mar territorial ruso. Greenpeace no ha recibido ninguna información oficial de los posibles cargos de los que se le acusa, y a los activistas se les ha negado el acceso a cualquier asistencia jurídica o consular.

Durante la mañana del viernes tuvieron lugar concentraciones frente a más de 30 embajadas rusas de todo el mundo para pedir la libertad de la tripulación del Arctic Sunrise. 

En Madrid, por ejemplo, una veintena de activistas han intentado sin éxito entregar un escrito al embajador de Rusia en España, que no ha querido recibirlos.

"La seguridad de los activistas sigue siendo nuestra prioridad y estamos trabajando para ver a qué nos enfrentamos. No han hecho nada para merecer este nivel de agresión pues hemos sido pacíficos en todo momento. En nuestra última conversación con el barco, la tripulación parecía animada y les llegan los mensajes de apoyo de miles de personas que junto a ellos nos oponemos a la destrucción del Ártico", ha declarado Ben Ayliffe, responsable internacional de la campaña Ártica de Greenpeace.

Según el informe de un medio de comunicación ruso, los trabajadores de la plataforma Prirazlomnaya de Gazprom han descrito la cápsula de seguridad de Greenpeace como "algo parecido a una bomba" cuando en realidad, según Greenpeace, la cápsula de seguridad, diseñada para proteger del frío a los activistas, mide 3 metros de largo y 2 metros de ancho, tiene colores brillantes y está marcada con logos de Greenpeace.

Un abordaje ilegal

La Guardia Costera de Rusia abordaba el jueves el barco de Greenpeace Arctic Sunrise y arrestaba a los 25 activistas a bordo, tras una protesta contra la petrolera Gazprom y sus planes de explotación petrolífera en el Ártico.

En el momento del abordaje, el Arctic Sunrise daba vueltas a la plataforma petrolífera Prirazlomnaya, fuera del límite de tres millas náuticas de su perímetro y en aguas internacionales. Las coordenadas confirman que el barco de Greenpeace estaba dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y por tanto es un abordaje ilegal por parte de la patrullera rusa. Las coordenadas en el momento del abordaje eran: 69-19-53N : 57-16-53E.

Usando un helicóptero y rapelando hacia cubierta, la guardia costera abordaba el barco armada y comenzaba a rodear a los activistas, agrupándolos en cubierta. Algunos de ellos lograban encerrarse en la sala de radio mientras veían a sus compañeros arrodillados y con armas apuntándolos.

Antes de esto, la Guardia Costera detuvo sin cargos a dos activistas internacionales de Greenpeace que lograron escalar la plataforma petrolífera de Gazprom la madrugada del miércoles, en una protesta pacífica. Hasta este momento, los dos activistas siguen retenidos e incomunicados.

"Este asalto ilegal de nuestro barco en protesta pacífica muestra las medidas extremas que el gobierno ruso es capaz de emplear para permitir que Gazprom continúe con su peligrosa actividad petrolífera en el Ártico ruso, fuera de los ojos del mundo", ha declarado Kumi Naidoo, Director Ejecutivo Internacional de Greenpeace. "Pedimos al Presidente Putin que frene y ordene a la Guardia Costera rusa que guarde sus armas y se retire. Somos una organización pacífica y nuestra protesta no ha hecho nada para merecer este nivel de violencia".

El Ministro de Exteriores ruso ha afirmado que la Guardia Costera intervino debido a que el Arctic Sunrise representaba una amenaza ambiental y para la seguridad, un argumento que Greenpeace cuestiona enérgicamente.

"La Guardia Costera ha abordado nuestro barco con armas, amenazando a nuestros activistas a punta de pistola y ha realizado 11 disparos de advertencia hacia nuestro barco, ¿quién representa aquí realmente una amenaza para la seguridad?", declara Ben Ayliffe, responsable de la campaña de Greenpeace Internacional del Ártico.

La perforación petrolífera en el Ártico es un grave riesgo ambiental que debe ser paralizada. Greenpeace ha llegado a estas aguas para, mediante la protesta pacífica,  defender el medio ambiente en nombre de millones de personas alrededor del mundo que se oponen a la explotación del Ártico.

"No se equivoquen, la verdadera amenaza al Ártico no viene de Greenpeace sino de compañías petrolíferas como Gazprom que están decididas a ignorar la ciencia y el sentido común y pretenden explotar en estos lejanos y congelados mares", concluye Ayliffe.

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