El 14% de los españoles padece dolor crónico

El 14% de los españoles padece dolor crónico

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Los expertos consideran que el dolor crónico es una enfermedad en sí misma porque tiene una afectación multidimensional de la calidad de vida provocando limitaciones físicas y psicosociales.

Según los expertos, el dolor agudo puede ser considerado como un síntoma de una enfermedad o lesión. En cambio, el dolor crónico y recurrente es un problema específico en el cuidado de la salud, una enfermedad cuyas características vienen determinadas por el curso impredecible del dolor. El profesor Clemente Muriel Villoria, director de la Cátedra Extraordinaria del Dolor, asegura que “las personas con dolor crónico tienen una afectación multidimensional de la calidad de vida, que supera a otras enfermedades médicas crónicas, ya que provoca limitaciones físicas y psicosociales, por lo que es considerado como una enfermedad en sí misma”. Así lo han calificado los especialistas durante la XIII Reunión Multidisciplinar de Expertos organizada por la Cátedra Extraordinaria del Dolor de la Universidad de Salamanca y la Fundación Grünenthal bajo el título “Dolor crónico enfermedad en sí misma”, en la que, durante dos días se han abordado la situación actual de la cronificación del dolor y su impacto socioeconómico.

Se ha demostrado que las probabilidades de abandonar un puesto de trabajo a causa de una enfermedad son siete veces mayor entre los individuos con problemas de dolor crónico que entre los que no. La tasa de personas que padecen dolor crónico en Europa es del 20%, una cifra superior a la de nuestro país, ya que España registra una prevalencia del 14%. “Aunque el volumen de personas que sufren dolor sea menor, los costes sociales siguen siendo altos y el impacto socioeconómico es mayor que el de otras enfermedades”, comenta el Profesor Muriel.

Según los expertos, para realizar una correcta y completa evaluación de los costes que supone una enfermedad como esta, es necesario hacer dos tipos de evaluación. Por un lado, sería pertinente realizar un cálculo detallado de los costes directos que supone la atención sanitaria de la población con dolor crónico o con riesgo a padecerlo, como son los gastos derivados de la prevención, diagnóstico y tratamiento. “Teniendo en cuenta que en este caso estamos hablando de una enfermedad continuada o crónica, el tratamiento incluye aspectos de rehabilitación o dependencia” añade el profesor Muriel.

Por otro lado, hay que estudiar y evaluar los costes indirectos que se desprenden entre los que se incluyen la discapacidad que produce la enfermedad y sus consecuencias por la disminución de productividad, así como las compensaciones económicas por cargas laborales, indemnizaciones, pensiones o bajas transitorias además de los costes administrativos de gestión de la enfermedad. A pesar de esta situación, el profesor Muriel defiende que “en nuestro país la respuesta por parte de los profesionales de la salud es muy buena”.

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