La picaresca del PIVE

La picaresca del PIVE

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Los anuncios de coches destartalos proliferan en Internet con una frase distintiva: “Ideal para el Plan PIVE”, en referencia al programa de ayudas a la compra de nuevos automóviles con el que puedes ganar entre 1500 y 2500 euros comprando un coche que iría al desguace.

Empezó el pasado 29 de julio y ofrece, a cambio de la entrega del viejo vehículo, un descuento de 2.000 euros (3.000 en coches de más de siete plazas) en la compra de uno nuevo con menor consumo de combustible y emisiones de CO2, financiado al 50% por el Ministerio de Industria y los concesionarios adheridos al programa.

El plan, que según el Gobierno tiene como objetivo renovar el parque automovilístico para rebajar las emisiones tóxicas y la accidentalidad, también ha incentivado la picaresca.

Y es que autónomos y empresas han creado un sector dentro del mercado de vehículos de ocasión: la venta de coches viejos exclusivamente para conductores que quieran obtener la ayuda del PIVE.

Algunos de esos vehículos aún podrían rodar unos cuantos miles de kilómetros, a otros muchos la herrumbre los inmovilizó hace tiempo. La clave es que todos son igual de útiles para conseguir el subsidio. Incluso un coche siniestrado puede ser rentable gracias a este programa que ha recibido 295 millones del erario público desde que su primera edición arrancó en octubre de 2012.

Por los promediados 500 euros que cuesta un vehículo para el PIVE, la página asegura “la transferencia, la baja en Tráfico y el certificado de destrucción por un Centro Autorizado de Tratamiento. Todo en 48 horas”. Los anunciantes advierten que “estos vehículos son exclusivamente para el Plan, están averiados. No son para circular”.

No hay establecido un mínimo de tiempo de propiedad para el coche que se entrega, y ese vacío legal le permitió a uno de estos picaros vender con el PIVE 2, entre octubre de 2012 y mediados del pasado julio, alrededor de 80 coches.

Encontró su oportunidad en un mercado de vehículos de ocasión que ha perdido rentabilidad aunque el año pasado duplicara, con 1,75 millones de unidades, las transacciones de vehículos nuevos.

En el Ministerio no contemplan un cambio en la ley: “No nos preocupamos de si hay un coche que no funciona y se entrega”. Esta pasividad permite que el negocio avance.  De hecho, varios futuros compradores aseguran que en los propios concesionarios les recomiendan “hacerse con un coche viejo” para beneficiarse del programa. 

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