En una breve entrevista con la televisión de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y antes de iniciar sus vacaciones de verano y la campaña electoral, Merkel garantizó que su formación mantendrá sus "señas de identidad" y buscará aumentar los ingresos gracias a más ocupación y más actividad empresarial.
A su juicio, en las elecciones del 22 de septiembre los alemanes no deben pensar sólo en los políticos que quieren que gobiernen el país, sino en qué partido puede lidiar mejor con los principales retos de los próximos cuatro años: el mundo digital, la globalización y las dificultades que está pasando la eurozona y el euro.
Preguntada por las preocupaciones de los electores en estos momentos, Merkel obvió el asunto que acapara las portadas de los periódicos, el espionaje masivo de EEUU en Alemania, presuntamente conocido por la inteligencia alemana, y habló de la necesidad de "un euro estable", de oportunidades de trabajo y de mantener la fortaleza de la economía del país.
En su opinión, su principal diferencia con la oposición alemana es su confianza en las clases medias y en los trabajadores. Cuando la economía marcha bien y ellos tienen éxito, reiteró, el siguiente paso no es subirles los impuestos, sino invertir más en investigación y en educación y permitirles que actúen con libertad.
Merkel, clara vencedora en las próximas elecciones según todas las encuestas, tiene previsto protagonizar cerca de sesenta actos de campaña a partir de mediados de agosto con los que muy probablemente logrará la reelección.
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