Juan Carlos Gafo Acevedo, número 2 de la Marca España, diplomático, antiguo director de Protocolo de la Presidencia del Gobierno entre 2004 y 2008 y exembajador en Líbano, utilizó unos términos muy poco diplomáticos: “Catalanes de mierda, no se merecen nada”, escribió en Twitter para referirse a este comportamiento nada apropiado que tuvo lugar el viernes en la inauguración de los campeonatos mundiales de natación en Barcelona.
El sábado por la tarde, casi un día después del insulto, comenzó a recular, primero tratando de justificarse y luego manifestando su respeto hacia los catalanes. Pero en el mismo foro respondió a un internauta que le recriminaba sus palabras: “Respeto total, pero comprende el cabreo cuando se inaugura un mundial... Yo nunca pitaría el himno catalán”.
Y dos minutos después añadió: “Sólo quiero decir que el himno merece respeto. Yo nunca pitaría el himno catalán; y no me refería a todos los catalanes, a los que respeto plenamente”.
El lío estaba hecho y parecía que no había manera humana de calmar los ánimos. A última hora del sábado, Gafo mandó un nuevo mensaje de rectificación: “Para todos: he rectificado. Me sentó mal que silbaran el himno español. Es todo. No tengo nada contra Cataluña ni contra los catalanes”.
El insulto de Gafo ha cogido por sorpresa a todo el Ministerio de Asuntos Exteriores, del que depende la oficina de la Marca España. El ministro, José Manuel García Margallo contactó por la tarde con el alto comisionado, Carlos Espinosa de los Monteros, para verificar que estas expresiones vertidas por su número dos eran ciertas y tras confirmarlo se decidió su inmediata destitución.
Fuentes del ministerio afirman que Margallo considera los insultos “intolerables e incompatibles con el espíritu de la Marca España”. Al primera hora de la noche de ayer, y tras hablar con su jefe directo, Gafo convirtió su rectificación inicial en petición de disculpas y anuncio de abandono: “Pido disculpas a los catalanes. Fue un error y pido perdón por mis afirmaciones. Dejaré Marca España. Los que me conocen saben que no pienso así”.
Este suceso, que en caliente ha costado el cargo a ya bastantes personalidades o disculpas públicas, hubiera pasado desapercibido en la red social, donde su perfil apenas contaba con 40 seguidores, si alguien que reconoció al cargo público no lo hubiera difundido por toda la red del microblogging causando la avalancha que ha derribado a este hombre que por un exabrupto, un calentón sin más trascendencia, ha perdido el cargo cuando otras personalidades, hasta del Gobierno y delante de la prensa, dicen cosas bastante peores y siguen en sus cargos tan ricamente sentados.
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