El anciano macho, que procedente de Eslovenia, y fue liberado en 1997, ya es el padre o abuelo de las osas de la zona, según informa la Consejería de Agricultura. Al solicitar el proyecto en la convocatoria 2012, con el acrónimo Catosolife, el Ministerio de Agricultura que defendía la solicitud de la Generalitat preveía participar en el programa en el que también quería colaborar la Fundación Oso Pardo.
El proyecto, que tenía la aprobación del Consell Generau d'Aran, contemplaba el traslado de un oso al Pirineo catalán para aumentar la variabilidad genética de la población.
Esta medida se considera fundamental para reducir el riesgo que supone que una gran parte de las crías nacidas en los últimos años proceda de un único macho, Pyros, a tal punto de convertirse en inviable para la reproducción por su avanzada edad, 25 años. Eso por no hablar de la degeneración genética y pérdida de diversidad que supone que un único macho sea padre o abuelo de las hembras de la zona.
En la práctica el programa no contemplaba la sustitución genética, únicamente la introducción de un nuevo oso en el territorio de Pyros, macho que continuaría en la zona mientras viva.
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