Miles de personas abarrotaron la plaza Ban Jelacic de la ciudad de Zagreb con fuegos artificiales, salvas de cañones y el himno de la Alegría de Beethoven, los cuales se sirvieron el domingo para celebrar que Croacia había entrado por fin en la Unión Europea, dos décadas después de que se independizase de Yugoslavia. Las campanas de la catedral de Zagreb doblaron y dos hombres se deslizaron desde un edificio cercano llevando la bandera de la UE.
"Esto cambiará para bien la vida de esta nación. Os doy la bienvenida de corazón", dijo Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, a la multitud allí reunida, dejando de lado los problemas que abarrotan el país estos días.
El país de 4,4 millones de habitantes, en su mayoría católicos, se convierte en el segundo país, de los siete que surgieron de la Yugoslavia federal, que entra en la UE, tras haberlo hecho Eslovenia en el año 2004, lo cual supone un hecho totalmente histórico. También supone la primera expansión de la UE hacia el este de Europa desde 2007, cuando los países de Rumanía y Bulgaria se unieron al bloque, y una gran ampliación desde 2004, con la entrada de diez nuevos miembros por aquel entonces.
La crisis económica ha supuesto muchos desafíos sin precedentes en la unidad del bloque, solicitando el apoyo entre la opinión pública y sembrando dudas sobre una nueva expansión más amplia a la ex Yugoslavia. Incluso, los problemas producidos dentro de la UE, debido a la crisis, han incrementado muchas dudas entre los croatas sobre su futuro dentro del bloque, cuya acción ayudó a estabilizar los Balcanes.
En la frontera oriental de Croacia con Serbia, su antiguo enemigo durante el conflicto con Yugoslavia, las autoridades destaparon un cartel que decía "Croacia - UE". Las ex repúblicas yugoslavas de Serbia, Bosnia, Macedonia, Montenegro y Kosovo tendrán por delante años para poder entrar en la UE, mientras sus dirigentes estaban presentes en Zagreb, en una muestra de unidad entre países que aún trabajan para arreglarse tras su separación.
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