"Arrestad a Obama, liberad a Snowden", gritaron los manifestantes concentrados frente al Consulado de EEUU en China. "El Gran Hermano te vigila; Obama está viendo tu correo", rezaban algunas pancartas que defendían al filtrador del programa PRISM en la antigua colonia británica.
La protesta liderada por los responsables de varios grupos políticos se dirigió a continuación a la sede del Gobierno en busca de explicaciones sobre las alegaciones de espionaje que pesan sobre Snowden.
El principal partido "pro-Pekín" de Hong Kong, el DAB, exigió disculpas a Washington. "Creo que el Gobierno debería proteger a Snowden", declaró su vicepresidenta, Starry Lee, ante el Consulado estadounidense.
Podría quedarse
Edward Snowden podría acabar quedándose en Hong Kong. Y todo por una casualidad legal. En marzo pasado, la Justicia de esa ciudad decretó que el Gobierno local debe crear un nuevo procedimiento de revisión de las solicitudes de asilo político.
Eso significa que, si el ex espía estadounidense solicita asilo político en Hong Kong, su petición quedará literalmente en el limbo hasta que haya una nueva legislación al respecto. Con Snowden en el territorio y su destino pendiente de la nueva norma, el proceso de creación de un nuevo sistema de solicitud de asilo sería mucho más complicado y politizado, algo a lo que estos manifestantes no se opondrían.
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