Esta actuación, supondrá la pérdida de sus empleos para más de 2.500 empleados que serán despedidos y tendrán que recibir una indemnización, aunque Kedikoglou ha señalado que podrán volver a postular a puestos en la empresa cuando esta vuelva a abrir, una vez que nos libremos del austericidio.
Este es el último de una serie de medidas de recorte y subida de impuestos con las que el gobierno pretende sacar al país de una recesión que parece no tener fin. "El de ERT es un caso de excepcional falta de transparencia e increíble extravagancia", señalaba Kedikoglou. La idea del gobierno es rehacer estos servicios de una forma mucho más moderna y con mucho menos personal, 700 de los despedidos podrán volver a trabajar para la nueva cadena que creen.
Los sindicatos del sector se han opuesto vehementemente a la medida. El gobierno griego anunció que prevé despedir a al menos 15.000 empleados públicos hasta finales de 2014 como parte de los compromisos que asumió el país como consecuencia de un rescate de la Unión Europea que sólo parece que ha empobrecido al país.
La medida cae como un jarro de agua fría no solo en el mundo del periodismo, sino también entre los intelectuales, deportistas, la Iglesia y la diáspora, para la que con frecuencia el canal internacional de la televisión pública es el único nexo con su país de origen.
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