Un 'simple' 'accidente' pone en aprietos a Costa Rica

Un "simple" "accidente" pone en aprietos a Costa Rica

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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El asesinato de un ambientalista en la playa donde trabajaba fue calificado como accidente, lo que ha puesto en aprietos a las autoridades de Costa Rica, que vende al mundo su preocupación por la naturaleza.

Ahora activistas políticos, grupos ecologistas y líderes de opinión de todo tipo recriminan al gobierno de Laura Chinchilla sus reacciones poco condolentes con un muchacho asesinado por presuntos saqueadores de huevos de tortuga en una playa del Caribe.

Después de que el ministro de Ambiente, René Castro, dijera que su institución no es responsable de proteger la playa de Moín (provincia de Limón) donde ocurrió el crimen, el primer vicepresidente de la República, Alfio Piva, consiguió la indignación de parte de la opinión pública que se solidarizó con el joven. Y es que para Piva en una entrevista con la cadena CNN en Español se trató de “un accidente”  cuando el tema ha acaparado una fuerte atención de organismos ambientales internacionales.

El vicepresidente rechazó cualquier responsabilidad en las circunstancias que rodearon el asesinato de Mora al amanecer el viernes, tras una emboscada durante uno de sus acostumbrados patrullajes contra las decenas de saqueadores de huevos de tortuga.

“Es una zona donde se desembarca mucha droga de parte del narco, sobre todo colombiano, que viene transportando droga hacia el norte y posiblemente (…) el muchacho se expuso muchísimo ante los narcotraficantes”, dijo ante la cadena estadounidense durante una gira suya a Nueva York.

Lo del narco es cierto y que muchos de los saqueadores de huevos de tortuga lo hacen por necesidad también. Lo denunció el propio Mora y la organización con la que trabajaba, Widecast, lo denunciaron en abril las operaciones conjuntas de traficantes de cocaína y de huevos de las tortugas baulas que llegan en masa a Moín.

No pudo calificarlo de peor forma (“accidente”) para los grupos ecologistas, que exigen ahora una disculpa pública de Piva (exdirector del Instituto Nacional de Biodiversidad, INBio) y de la mandataria Chinchilla, quien hasta ahora ni siquiera ha querido pronunciar una sola palabra pública sobre la muerte de Mora. Solo se refirió al tema mediante el Twitter, en el que contradijo a Jairo Mora sobre la presencia policial en esa playa aunque sí calificó el crimen como “un repudiable asesinato”.

Jairo Mora, el joven asesinado que no mostraba miedo ante amenazas como pistolas, insistía en la necesidad de que la policía ayudara a cuidar la playa donde habían sido amenazados de muerte él y otros ambientalistas dedicados a preservar las tortugas baula, especie considerada en extinción.

“Si un policía dice que nos apoya, está mintiendo”, dijo escasas semanas antes de ser asesinado, en sentido contrario a las autoridades policiales, que insisten en haber cumplido con su deber de patrullar esta zona donde, según Piva, los narcotraficantes son amos y señores.

A pesar de lo dicho por las autoridades, cinco días después aún no tienen detenido a ningún sospechoso. Solo hay capturados dos hombres en horas recientes en esa zona, pero únicamente por el saqueo de huevos de las tortugas que se venden en Limón y en el Valle Central del país como aperitivo y sus míticas propiedades afrodisíacas, a pesar de que los expertos en salud lo desaconsejan por el alto grado de colesterol y de contaminantes que pueden poseer.

Grupos ambientalistas internacionales han ofrecido una recompensa inicial de 10.000 dólares a quien suministre información válida que sirva para detener a quienes mataron a Mora. Al mismo tiempo están manteniendo su presión ante el Gobierno de Costa Rica para que declare zona protegida la playa de Moín donde llegan a desovar la mayor cantidad de baulas en el Caribe del país. Esto se lo plantearon este martes en una reunión al Ministro de Ambiente que tampoco ha querido complacer a las organizaciones.

“No hubo propuestas concretas para tratar el tema de la inseguridad y las prácticas ilegales en zonas costeras. El tema se sigue tratando con gran superficialidad”, indica la Fundación Marviva mediante Viviana Gutiérrez, su Gerente de Incidencia (política).

Los grupos ambientalistas agradecieron a la sede local de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por las condolencias públicas en un comunicado en el que hizo un “reconocimiento a la noble labor de protección de las tortugas, parte esencial de la biodiversidad de Costa Rica y el mundo”. En la agenda de los grupos ecologistas está el reclamo por la desatención oficial a la mezcla del narcotráfico con actividades predatorias como el saqueo de huevos de tortugas, la cacería o la pesca, sobre todo en cuando la conviven naturaleza y pobreza.

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